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La directora general del Instituto de la Mujer, Rosa Peris, presentó ayer el estudio «La conciliación de la vida familiar y la vida laboral: situación actual, necesidades y demandas», basado en los resultados de una encuesta a 4.000 personas de 16 a 65 años y un sondeo a mil empresas, de ellas 200 con un alto grado de feminización.

Según Peris, el informe refleja que «la realidad cambia muy poco a poco» en la consecución de la conciliación de la vida familiar y laboral, y apuntó a las estructuras sociales y a la división sexual del trabajo como las principales barreras.Así, el 46 por ciento de los entrevistados cree que compaginar ambas facetas es complicado o muy complicado, una apreciación de dificultades mayor entre las mujeres, donde supera el 51 por ciento que entre los hombres (40,6 por ciento).

Para las mujeres ocupadas este porcentaje se eleva al 55 por ciento. Los datos ponen además de manifiesto que el 65 por ciento de la población es partidaria de pagar más impuestos a cambio de la mejora de los recursos de apoyo para cuidados familiares.

A la pregunta sobre qué miembro de la pareja debería abandonar la actividad laboral tras tener a su primer hijo, un 45,8 por ciento responde que la mujer; y un 32 por ciento opina que la mujer debe trabajar menos horas que el hombre para que pueda ocuparse con mayor intensidad de las responsabilidades familiares.

El análisis, que pretende conocer cómo y en qué grado compatibilizan los trabajadores su vida laboral y familiar y cuál es la posición de las empresas sobre el tema, apunta a que el 65 por ciento de las amas de casa sienten «malestar» por su inactividad laboral, dado que desearían acceder al mercado laboral, dijo Rosa Peris.