Cuando hoy 13 de noviembre se cumplen tres años del accidente,
en el proceso que se sigue en España hay imputadas cinco personas,
mientras el Estado español sigue un litigio en Nueva York en el que
reclama mil millones de dólares a la empresa clasificadora del
petrolero.
Un informe del Centro para la Prevención y Lucha contra la
Contaminación Marítima y del Litoral (CEPRECO), al que tuvo acceso
Efe, revela que la situación medioambiental se ha normalizado en la
costa afectada, de Galicia al País Vasco, si bien hasta dentro de
once años no concluirán las investigaciones para conocer el alcance
real del desastre.
Tras la restauración ambiental y la limpieza de los vertidos, en
octubre del pasado año concluyeron las sofisticadas operaciones en
la zona del hundimiento, a 240 kilómetros de Fisterra y a más de
3.500 metros de profundidad, en las que se extrajo la mayor parte
del fuel que contenían los tanques del petrolero, unas 13.000
toneladas.
El proceso judicial abierto en noviembre de 2002, que suma más
de 50.000 folios, sigue en fase de instrucción y mantiene como
imputados al capitán del buque, Apostolos Mangouras, además de al
jefe de máquinas y el primer oficial, junto al responsable de la
armadora del «Prestige», todos ellos acusados de delitos contra el
medio ambiente y desobediencia.
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