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ISABEL COELLO-EFE
La mitad de los niños seropositivos muere antes de cumplir dos años en los países pobres debido a la falta de medicamentos antirretrovirales diseñados para ellos y de análisis asequibles para detectar la enfermedad en los recién nacidos, denunció ayer Médicos Sin Fronteras (MSF).

«El tratamiento de los adultos es fácil porque hay una dosis fija con una combinación de tres antirretrovirales que se toma dos veces al día. Desafortunadamente no tenemos una dosis para niños por lo que hay que partir la pastilla, pero se corre el riesgo de no dar la cantidad correcta», explica Wangari Realmary, enfermera de MSF.

A dos días de la celebración del Día Mundial del Sida, MSF exigió a la industria farmacéutica un mayor compromiso para desarrollar tratamientos pediátricos.

Su eficacia está probada, afirma la organización humanitaria, pero aun así apenas hay dosis de antirretrovirales para niños, o los mismos son jarabes que deben refrigerarse, algo casi imposible en lugares como Kibera, una barriada de chabolas de la capital keniana considerada la más grande del este de Àfrica.

En países como Kenia, el único test económicamente asequible sólo puede practicarse a los 18 meses de edad del bebé. Antes, es imposible saber si los anticuerpos hallados en su sangre pertenecen al pequeño o a la madre. Y en caso de ser seropositivos, los menores tienen dificultades para obtener medicamentos antirretrovirales si no pesan, al menos, 25 kilos. Por todo ello, añade Rachel Thomas, «la mitad de los bebés con VIH no llegarán a los dos años».

Esta situación continuará mientras no haya pruebas que permitan detectar el virus de antemano y dosis de tratamiento para los niños con sida.