Momento de la vista en la Audiencia para revisar la inmovilización de documentos.

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La Audiencia Nacional seguirá deliberando hoy sobre si se mantiene o se levanta la paralización del traslado de los papeles del Archivo de Salamanca a Barcelona. Los magistrados tienen cinco días para dar una respuesta al recurso presentado por el Ayuntamiento salmantino después de que ayer escucharan los argumentos esgrimidos por las partes. Mientras desde el Consistorio se defiende que se han violado varios puntos de la ley, el abogado del Estado sostiene que su paralización conllevaría el incumplimiento de una norma aprobada por el Parlamento.

Sobre ese particular, sostiene que entre la documentación hay documentos de identidad electoral de municipios catalanes, cartillas de racionamiento y carnés de conducir, que se podrían entregar a sus dueños y ser destruidos.

Durante la vista, el abogado del Ayuntamiento de Salamanca, José María Benavente, argumentó que el traslado de los papeles se ha hecho sin respetar la ley porque se han trasladado documentos que no pertenecen a la Generalitat.

Por otro lado, Benavente denuncia que los documentos incautados no se han copiado por lo que, en caso de extravío o destrucción, se perderán aspectos fundamentales no sólo de la Historia de Cataluña, sino también de nuestro país. Finalmente, denunció que el Patronato del Archivo General de la Guerra Civil no llegó a hacer un informe, porque la ley obligaba al traslado de los papeles.

Frente a estas explicaciones, el jefe de la abogacía del Estado en la Audiencia Nacional, Manuel Pacheco, argumentó que no llevar a cabo el traslado supone no aplicar una ley aprobada por el Parlamento. Pacheco desmontó los argumentos esgrimidos por el Ayuntamiento asegurando que en ningún caso se han movido documentos ajenos a la Generalitat y que, en cualquier caso, si se demostrara lo contrario, se podría devolver a Salamanca. «El traslado nunca sería irreversible».

Por otro lado, Pacheco subrayó que los documentos que se están moviendo fueron incautados por las fuerzas franquistas en organismos oficiales catalanes y no a particulares, y que en ningún caso se van a devolver a terceros, por lo que no podrán ser destruidos. Además, interrogó a dos testigos del Ayuntamiento, quienes reconocieron que por el convenio de 1983 se acordó microfilmar los documentos custodiados en el Archivo. Las 500 cajas que salieron de Salamanca se encuentran en una cámara acorazada del Ministerio de Cultura a la espera de la decisión de la Audiencia.