La mayoría de los jóvenes se inicia en el consumo de alcohol a través del 'botellón'.

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El 61% de los jóvenes españoles de entre 12 y 18 años consume bebidas alcohólicas, sobre todo durante el fin de semana, y la mitad de los que reconocen haber estado ebrios (34%) asegura que se ha emborrachado menos de cinco veces al año, mientras que casi un 8% dice que lo ha hecho entre 30 y 50 veces, y un 7% más de 50 veces en un año, según se desprende de las conclusiones del «Libro Blanco sobre la relación entre Adolescencia y Alcohol en España», de la Fundación Alcohol y Sociedad y divulgado ayer en Madrid.

Asimismo, casi la mitad de los menores afirma que sus padres les permiten beber, y se estima que el 4,5% empieza a beber alcohol antes de los 10 años con motivo de las celebraciones familiares. En este sentido, sólo uno de cada tres adolescentes asegura que sus padres le han hablado de temas relacionados con las bebidas alcohólicas, y la mitad dice que los profesores no han tratado este tema.

Según la investigación, realizada durante cuatro años en una muestra de 22.000 jóvenes de entre 12 y 18 años, los adolescentes reconocen que beben porque «les gusta» y en su mayoría lo hacen con amigos, iniciándose principalmente a través del 'botellón', que «se ha convertido en un modelo de ocio». En concreto, la media de edad de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en los 14 años, y los lugares donde más se bebe son los municipios de entre 10.000 y 50.000 habitantes, independientemente de las comunidades autónomas.

El director del estudio y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Xavier Altarriba, explicó que el patrón de consumo de bebidas alcohólicas entre los adolescentes españoles ha evolucionado hacia el «tipo anglosajón», al producirse mayoritariamente los fines de semana y en cantidades importantes, buscando «sentirse ellos mismos y cambiar la percepción de la realidad que han vivido durante la semana». Este cambio en el modelo de ocio se debería atajar con herramientas educativas, dijo. En su opinión, los jóvenes instrumentalizan el alcohol «para entrar en un mundo mágico», aunque uno de cada diez entrevistados asegura sentirse obligado a beber alcohol para ser aceptado por el grupo. Además, un 6 por ciento de los encuestados reconoce que bebe solo.

Según Alterriba, casi la mitad de los jóvenes entrevistados considera que la información que recibe es insuficiente, mientras que se ha demostrado que cuanta más información tienen su consumo es más responsable.

«Es más efectivo a medio plazo generar límites internos, que moverse desde límites externos normativos o restrictivos, aunque también son necesarios», según el citado experto, quien resaltó que sólo a uno de cada tres encuestados les han negado el alcohol al ser menores, y a la mayoría nunca le han pedido el carné de identidad para servirle o venderle bebidas alcohólicas.