A lo largo de tres días, don Juan Carlos y doña Sofía conocerán los cambios experimentados en el país escandinavo en los 24 años desde su primera visita de Estado a Noruega, en 1982. Don Juan Carlos, que había sido recibido previamente en la zona militar del aeropuerto por el príncipe Haakon, vestía el uniforme de capitán general. En el trayecto desde el aeropuerto hasta el Palacio Real, los Reyes fueron saludados por centenares de ciudadanos que disfrutaban de un día primaveral. A la entrada del palacio, tras las salvas de honor y los himnos nacionales, pasaron revista a una guardia de honor y saludaron a las autoridades.
Seguidamente, pasaron al interior del palacio, donde el rey de España entregó las condecoraciones concedidas a los príncipes herederos y a la princesa Marta Luisa, hija mayor de los reyes de Noruega. Así, el príncipe Haakon recibió la Gran Cruz de Carlos III; su esposa Mette-Marit, la Gran Cruz de Isabel la Católica, y Marta Luisa, la Medalla al Mérito Civil.
El Rey también se entrevistó con el primer ministro, con quien realizó un repaso a los asuntos bilaterales, después de que Stoltenberg le mostrara las vistas de Oslo.
Por su parte, las dos reinas aprovecharon para hacer un breve recorrido por el Museo Ibsen y para visitar el apartamento del dramaturgo, cuya perfecta reconstrucción acaba de ser inaugurada con motivo del centenario de su muerte. Situado en la planta segunda de un edificio de la calle Drammensveien, el apartamento en que murió el escritor ha sido decorado de nuevo según las fotos de la época y amueblado con los enseres originales.
Tras recorrer las habitaciones privadas de Ibsen, presenciaron una breve representación de «La Casa de Muñecas». Por la noche, don Juan Carlos y doña Sofía asistieron a la cena oficial de gala organizada en su honor en el Palacio Real.
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