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EFE-VALENCIA
Miles de personas recibieron ayer por la mañana a Benedicto XVI a su llegada a Valencia, en un ambiente festivo y caluroso donde los peregrinos del Encuentro Mundial de las Familias han tomado las principales calles de la ciudad con cánticos, colores blancos y amarillos y la alegría de poder ver al Papa de cerca. Horas antes del aterrizaje del avión papal, a las 11.22 horas, y la primera toma de contacto de Benedicto XVI con territorio español, a las 11.40, Valencia ya estaba preparada para recibir al Papa, con miles de balcones engalanados, calles cortadas al tráfico y flores con los colores vaticanos repartidas por todo el recorrido del «papamóvil».

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a las 18.25 horas de ayer al Palacio Arzobispal para reunirse con Benedicto XVI y fue recibido con silbidos y abucheos procedentes de público que se congregaba en algunos balcones aledaños y en uno de los laterales de la plaza. Rodríguez Zapatero llegó al Palacio acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa, así como del embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, y el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Nicolás Martínez Fresno.

El jefe del Ejecutivo y su esposa fueron recibidos a las puertas del Palacio por el nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro de Castro, y por el sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Sandri. Cuando Zapatero descendió del vehículo oficial en el que se trasladó al Palacio Arzobispal, pudieron escucharse silbidos, abucheos y gritos procedentes del escaso público que tenía acceso a la zona. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, llegó al Palacio Arzobispal y tuvo el mismo recibimiento que Zapatero.