La Reina y la infanta Cristina, durante su visita al complejo del Proyecto Alzheimer en Madrid.

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El alzhéimer, cuyo Día Internacional se celebró ayer, es la principal causa de demencia en el mundo y afecta en España a 400.000 personas, aunque fuentes de la Confederación Española de Familiares y Enfermos de Alzheimer (CEAFA) cifran el número de afectados entre 600.000 y 800.000 personas, muchos de ellos todavía sin diagnosticar.

Cien años después de su descubrimiento, Jesús Avila, presidente del III Simposio sobre avances en la enfermedad, inaugurado ayer por la Reina Sofía y la ministra de Sanidad, se mostró convencido de que no habrá que esperar otros cien para que sea «una enfermedad crónica».

El desarrollo dentro de cinco o diez años de nuevos fármacos para el alzhéimer y de una vacuna, aún en fase de experimentación sólo en animales, son las principales expectativas científicas para el control de un mal, degenerativo y sin cura, que afecta en todo el mundo a más de 25 millones de personas.

Por ahora y si no hay resultados en los próximos años, el Alzheimer puede convertirse en una de las enfermedades más devastadoras del siglo, y algunos especialistas creen que su impacto social y sanitario será superior al de otras enfermedades como el sida, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

El mal se manifiesta sobre todo a partir de los 60 años y su prevalencia crece a medida que se envejece con una enorme progresión en el número de afectados, sin que se sepan aún las causas que lo provocan.