La fiesta de la lactancia de este 2006 se ha parado a reflexionar, y a reivindicar, sobre las prácticas comerciales «poco éticas» de sucedáneos de leche materna, unas prácticas que 25 años atrás fueron reguladas por la Asamblea Mundial de la Salud y que, aunque prohibidas por ley (en España mediante el R.D. 72/1998), aún «son habituales en comercios, hospitales y centros de salud».
Entre otros puntos, el llamado Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna mantiene que no se han de anunciar sucedáneos de leche materna, biberones, ni tetinas; ni obsequiar muestras gratuitas a las madres; ni realizar promociones en los sistemas de salud, que incluye no ofrecer suministros de fórmula gratis o a bajo costo; todo ello con el objetivo de evitar el desorden comercial y la pérdida de confianza de las madres en la lactancia materna, una alimentación natural, la leche materna, que proporciona una nutrición óptima, protección ante numerosas enfermedades y un contacto madre-hijo inigualable.
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