Miles de personas salieron ayer a la calle en Valencia para secundar el llamamiento.

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EUROPA PRESS/EFE-MADRID/LLEIDA
La Alianza Española Contra la Pobreza había convocado para ayer manifestaciones en 40 ciudades españolas bajo el lema «Rebélate contra la pobreza. Más hechos y menos palabras», con las que exige que el Gobierno impulse un conjunto de medidas «urgentes» para que los más pobres dispongan de oportunidades reales para salir de la pobreza, que mata a 35.000 personas a diario.

En Madrid la manifestación debía partir a las 18.00 horas de la Plaza de Cibeles hacia la Puerta del Sol, donde estaba previsto que portavoces de la Alianza Española contra la Pobreza procedieran a la lectura de un manifiesto acompañados del ex director general de la Unesco y presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza; la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, y del actor Juan Diego Botto.

Según explicó en un comunicado esta alianza, conformada por más de 1.000 organizaciones sociales, el papel de la sociedad civil es «fundamental» para exigir a los líderes políticos del mundo que «cumplan sus promesas» y que la lucha contra la pobreza se convierta en «prioridad internacional» a través de iniciativas como destinar el 0'7% del Producto Interior Bruto de cada país a los más pobres o abolir la deuda externa.

Durante el recorrido, ocho bandas blancas eran portadas por representantes de las organizaciones sociales, simbolizando cada uno de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio, que fueron firmados por 189 jefes de Estado en el año 2000 y que continúan incumplidos.

La Alianza Española contra la Pobreza denuncia mediante un comunicado la «falta de voluntad política» de los países ricos en la lucha contra la pobreza en el mundo. Según la Alianza, «hoy es posible erradicar la pobreza en el mundo, pero falta voluntad política».

La organización estima en un 25% el descenso de la ayuda a los países pobres en los últimos 15 años y recuerda que sólo Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega y Suecia destinan un 0'7% del PIB a luchar contra la pobreza, tal y como recomendó la ONU hace 40 años. Además de la mayor y mejor distribución de ayuda al desarrollo, la cancelación de la deuda externa es la principal demanda de la Alianza contra la pobres. Los recursos destinados al pago de deuda en Àfrica subsahariana son cuatro veces lo dedicado a salud y educación juntas. Al menos 38 países del mundo invierten más en pagar la deuda externa que en gasto social sanitario. Denuncian también que las barreras arancelarias cuestan a los países en desarrollo 100.000 millones de dólares anuales, el doble de lo que reciben en ayudas.