Cristina Narbona, antes de reunirse con el comisario europeo de Medio Ambiente ayer en Bruselas.

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EFE-MÉXICO
Casi 50 millones de personas no tienen acceso a agua potable en Latinoamérica y el Caribe, según los datos del Informe de Desarrollo Humano 2006 presentado ayer por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).

Otro de los datos preocupantes del informe es que 5.000 niños mueren cada día en todo el mundo por causas relacionadas con estas carencias, principalmente debido a diarrea causada por agua contaminada, que se convierte en la segunda causa de muerte infantil. «El agua cuesta más para quienes menos tienen», afirmó el representante residente del PNUD para México, Thierry Lemaresquier, quien achacó en parte la falta de acceso de los más desfavorecidos al agua a «políticas públicas inadecuadas».

El estudio, expuesto mundialmente en Ciudad del Cabo, se centra en la grave crisis del acceso al agua y establece que 119,4 millones de personas de la región no tienen acceso a sistemas de saneamiento.

A escala global, la cifra de personas sin acceso al agua potable es de 1.100 millones y la de aquellas que no disponen de sistemas de saneamiento es de 2.600 millones.

El responsable regional de la ONU dijo al presentar el informe en México que la privatización del suministro en algunos países de la región «no ha sido la receta mágica» y citó los casos de Argentina y Bolivia.

Los responsables del informe hicieron un llamamiento para que se reconozca el acceso a 20 litros de agua limpia al día como un derecho humano. En el caso de México, el 87,5 por ciento de los hogares cuentan con suministro de agua y el 79 por ciento cuentan con sistemas de saneamiento, aunque los porcentajes son menores en los estados del sur y sureste a pesar de que superan hasta en cinco veces la media de disponibilidad de agua del país.

La ONU advirtió también que México padece una considerable sobreexplotación de sus acuíferos y recomendó como medida paliativa reducir o eliminar los subsidios de electricidad para extraer agua del subsuelo. Dichos subsidios sólo benefician a los agricultores grandes, según los funcionarios del PNUD, y su eliminación no haría rentable la extracción de agua a gran profundidad para el regadío, lo que facilitaría la adopción de cultivos menos intensivos en agua.