Un hombre con traje especial, en la granja afectada.

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EFE-LONDRES
Las autoridades británicas empezaron ayer a aplicar fuertes controles para contener un brote de gripe aviar H5N1, la cepa más virulenta de la enfermedad, hallado en una granja en Holton, en el condado de Suffolk (este de Inglaterra).

De acuerdo con los procedimientos establecidos por la normativa comunitaria, las autoridades británicas tendrán que sacrificar a todas las aves de la explotación agrícola y todos los visitantes de la zona tendrán que ser sometidos a la correspondiente desinfección.

El brote, que se ha detectado en la zona más importante de actividad avícola del Reino Unido, fue confirmado ayer por la Comisión Europea tras recibir los resultados de las pruebas del laboratorio veterinario de Weybridge, en Surrey. La explotación agrícola pertenece a la compañía de alimentación Bernard Matthews y cuenta con unos 160.000 pavos.

Además, se establecerá una zona de protección de tres kilómetros en torno a la granja y una zona de vigilancia de diez kilómetros. Así, estará prohibido el movimiento de aves de corral desde y hacia las áreas controladas, habrá restricciones en los servicios ferroviarios ya que los trenes no podrán detenerse cerca de estas zonas y no habrá mercados ni ferias avícolas.

Al mismo tiempo, habrá un aumento de la vigilancia de los expertos en áreas cercanas a la granja de Holton y las aves domésticas no podrán compartir agua con las silvestres.

El director comercial de Bernard Matthews, Bart Dalla Mura, señaló ayer que los pavos de su granja no habían sido importados. La empresa de alimentación informó ayer de que ningún pavo afectado entró en la cadena de la alimentación. Éste es el segundo caso del H5N1 de gripe aviar hallado en la UE en lo que va del año, tras uno detectado en Hungría.

El Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales había informado anoche del hallazgo de la gripe aviar H5, pero esperaba los resultados de laboratorio para establecer a qué cepa pertenecía.

El dueño de la granja alertó a las autoridades en los últimos días tras observar una inusual muerte de pavos. Según las autoridades británicas, la cantidad de pavos que murieron por H5N1 es de unos 2.600.

Los expertos tratan de establecer cómo la gripe aviar llegó a Inglaterra y comprobar si se trata de la variante asiática. Entre un ochenta y un noventa por ciento de los pavos de la granja mostraban indicios de enfermedad, con síntomas como falta de apetito y malestar general, típicos de la gripe.

Las primeras muertes de los pavos se detectaron el pasado martes y el resto el pasado jueves.

El presidente del comité de Agricultura del Parlamento Europeo, Neil Parish, dijo ayer a los medios británicos que no hay necesidad para que la población esté alarmada.