Un 32'1% de los cuidadores de enfermos dependientes, muchos de ellos de alzhéimer, se encuentran deprimidos y otros tantos (28'7%) ven que su salud se deteriora, mientras más de la mitad (56%) están cansados. En casos excepcionales esas situaciones de estrés y agotamiento terminan en tragedia.
Descrito en 1974 en EEUU, consiste en un profundo desgaste emocional y psíquico producido por una atención continuada durante años a un enfermo crónico, durante varias horas al día, en solitario, aunque haya otros miembros de la familia.
Son datos del Libro Blanco de la Dependencia, que dan una idea de las consecuencias que sufren las personas que atienden a este tipo de enfermos.
De los 800.000 enfermos que la Confederación de Familiares de Alzheimer (CEAFA) calcula que hay en España, solo 100.000 acuden a las asociaciones en petición de ayuda, por lo que, según sus datos, la atención del resto (700.000), un 87'5 por ciento, corre exclusivamente a cargo de las familias.
Esta opacidad, junto al aislamiento en que viven estas personas, dificultan la elaboración de estudios que reflejen en qué medida los cuidadores de enfermos de alzhéimer sufren a su vez problemas de salud, aunque sí está definido lo que los expertos denominan el 'síndrome del cuidador quemado' (Burn out).
El Libro Blanco de la Dependencia, publicado en diciembre de 2004 por el Ministerio de Asuntos Sociales, se refiere a la «carga del cuidador» como un «conjunto de problemas tanto físicos como psicológicos o emocionales, sociales y financieros que pueden experimentar los miembros de la familia que cuida de adultos dependientes».
Un estudio realizado el pasado año por las asociaciones de enfermos de alzhéimer de Francia, Alemania, Polonia, Escocia y España con cuestionarios a 1.181 cuidadores determina que en Europa 5'4 millones de ciudadanos sufren esta enfermedad, de los cuales el 84 por ciento son cuidados en su casa. El 60 por ciento de los cuidadores sufren problemas nerviosos y de salud y más de la mitad sufren depresión.
El perfil del cuidador en España, según el Libro Blanco de la Dependencia, es el de una mujer (83%), de una media de 53 años, casada, sin ocupación laboral (70 por ciento) y bajo nivel de estudios (60%). El 20 por ciento de la población cuidadora tiene más de 65 años, y este segmento tiende a crecer en los últimos años.
En Europa también se ocupan mayoritariamente las mujeres pero en menos proporción que en España (67%), el 65% tiene una edad ente los 48 y 55 años, la mitad están jubilados, el 22% está empleado a tiempo completo y la mitad dedican más de diez horas a atender al enfermo.
Los dos recientes casos sucedidos en A Coruña y el municipio toledano de El Real de San Vicente de hombres que han acabado con la vida de los enfermos que tenían a su cargo y a continuación se han suicidado o lo han intentado, son situaciones «excepcionales», según dijo a Efe el psiquiatra Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría.
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