Las altas temperaturas no sólo causan la muerte por deshidratación a muchas personas, sino que los alimentos se echan a perder y las enfermedades gastrointestinales se disparan en un país que no está preparado para afrontar las enfermedades infecciosas.
La canícula ha llegado con más fuerza que otros años al norte del país, que tras un mes de mayo relativamente poco caluroso ha visto cómo en julio las temperaturas se han disparado unos grados más de lo habitual.
El mercurio ha alcanzado los 46,3 grados en la localidad de Sriganganagar, en el estado noroccidental de Rajastán, mientras que otras ciudades también del noroeste como Amritsar y Hisar han estado cerca de los 46 grados.
En la capital, Nueva Delhi, los 45 grados de los últimos días han hecho aumentar el consumo de aparatos eléctricos de aire acondicionado y la reclusión de sus habitantes durante el día.
El verano ha afectado también a las regiones de Uttar (donde han muerto 62 personas), Maharashtra, Madhya, Himachal, Haryana y Rajastán, limítrofe esta última con Pakistán, un país en el que han muerto al menos 35 personas debido a las altas temperaturas.
Mientras los servicios meteorológicos prevén calor y humedad en los próximos días, aunque con un ligero descenso de las temperaturas, en el sur del país los tradicionales monzones han hecho ya acto de presencia.
Las lluvias entraron la semana pasada por los estados meridionales de Kerala y Tamil Nadu, y el frente se dirige ahora al noreste del país por lo que se espera que el calor se mantenga en los próximos días.
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