El caso de la niña Shaima Saidani reabre el debate sobre el respeto a las tradiciones culturales. Foto: ARCHIVO

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OTR/PRESS-GIRONA-BARCELONA Shaima Saidani, la niña de 9 años que desde el lunes de la semana pasada no podía asistir a clase por la prohibición de su colegio (la Escuela Anexa-Joan Puigvert) de llevar el pañuelo islámico, volvió ayer a clase tras la resolución de la Conselleria de Educación de la Generalitat que obliga al centro a readmitirla.

Los distintos partidos políticos no han tardado en pronunciarse sobre el caso, reabriendo el debate sobre el mantenimiento o no de las costumbres procedentes de otras culturas. En este sentido, mientras desde CiU temen que estas culturas «pueden deshacer» la suya propia y desde el PP reclaman a los inmigrantes cumplir con las «normas» que existen aquí, desde el Consejo Islámico de Cataluña se aboga por la escolarización de los niños como prioridad, independientemente de la indumentaria con la que acudan al colegio.

Reglamento
Para prohibir a la niña asistir a clase con esa indumentaria, el centro había alegado que su reglamento interno. Pero a la Conselleria esto no le sirvió y obligó al centro a readmitir a la niña al considerar que la decisión suponía una discriminación.

Por ello, Shaima volvió ayer por la mañana al colegio con total normalidad, con el pañuelo que, según sus padres, lleva por decisión propia porque es muy religiosa. Tal y como comentó su madre, la niña convivió mucho tiempo con su abuela, que le inculcó el respeto a los valores religiosos. Por eso, los padres de la niña se mostraron «muy contentos» al poder llevar a su hija al colegio con el 'hiyab'. Asimismo, explicaron que el año pasado la escolarizaron en otro centro, el Colegio 'Eiximenis' de Girona, donde no les pusieron problemas por llevar el pañuelo, aunque sí los tuvieron con el resto de alumnos, que querían quitárselo.

Desde el Consejo Islámico de Cataluña, su portavoz, Mohamed Halhoul, aplaudió la decisión de la Generalitat porque «la educación de la niña está en juego» y explicó que su formación «es la prioridad, tanto si va con velo como si no». Además, añadió que «estamos en un país aconfesional que respeta la multiculturalidad» y que «estos casos son aislados» por lo que la regulación interna de los colegios «no debe cambiar».