Multitudinaria concentración organizada por la Iglesia en la madrileña Plaza de Colón. Foto: EFE

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EFE-MADRID

Las alusiones al divorcio exprés, al aborto y a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, así como la defensa cerrada de la familia, protagonizaron ayer el acto «Por la familia cristiana» celebrado en la madrileña plaza de Colón.

A este acto, organizado por el Arzobispado de Madrid e impulsado por distintos movimientos cristianos, asistieron más de dos millones de personas, según la organización.

Ni el Ayuntamiento de Madrid ni la Delegación del Gobierno en Madrid han ofrecido cifras sobre el número de asistentes, en su mayoría familias acompañadas por sus hijos pequeños y jóvenes.

Unos cuarenta obispos, encabezados por el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, asistieron a este acto en el que también intervino desde Roma el papa Benedicto XVI, mediante videoconferencia.

Cuando se cumple un año del atentado de Barajas, también se tuvo un recuerdo especial para los dos ciudadanos ecuatorianos fallecidos, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, dijo que las familias están siendo sacudidas en sus cimientos por «graves amenazas» mediante legislaciones «injustas e inicuas».

Por su lado, el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, negó que la familia tradicional sea una institución «antigua o trasnochada», y defendió su vigencia «ayer, hoy y mañana».

En un escueto mensaje a los reunidos en la madrileña Plaza de Colón, y tras el rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro de Roma, Benedicto XVI subrayó que «vale la pena trabajar por la familia y el matrimonio», que ha definido como «la unión indisoluble entre un hombre y una mujer».

Esta última ha sido una de las frases que más se ha escuchado entre los intervinientes del encuentro «Por la Familia Cristiana», que ha durado cuatro horas.