Los docentes catalanes protagonizaron ayer una multitudinaria marcha en el centro de Barcelona. Foto: REUTERS

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El conseller de Interior, Joan Saura, admitió ayer que las consecuencias de las protestas de ayer contra el Plan Bolonia «no le gustan y le preocupan», y pidió disculpas a los que resultaron heridos, 46 mossos d'Esquadra y 35 personas más. En rueda de prensa en el Parlament, Saura anunció que ha encargado un informe para conocer al detalle la actuación de la policía autonómica, y evitó calificarla hasta tener el documento, tras lo cual comparecerá en el Parlament para dar explicaciones.

Durante su comparecencia ante los medios, el conseller mostró preocupación, pero al mismo tiempo indicó que los agentes actuaron correctamente en el desalojo del Edificio Histórico de la Universitat de Barcelona (UB) a petición de su rector. Aun así, añadió que «seguro que hubo algunos errores que han facilitado una situación final que no puede agradar a nadie». «Ningún responsable político de Interior puede estar contento con una jornada en la que hay más de 80 heridos», añadió. En este sentido, descartó medidas cautelares pero no rechazó que puedan tomarse algunas decisiones en función del informe ya encargado.

De todas maneras, Saura situó el origen del conflicto en la actitud violenta de una minoría, y subrayó que el objetivo y el deber de la policía catalana es preservar el derecho a la manifestación. Por ello, se reunió con el Sindicato de Periodistas, y señaló que se ha puesto en contacto con el decano del Colegio de Periodistas, un diálogo en el que han acordado firmar la semana que viene un convenio en el que trabajan hace dos meses para facilitar el trabajo de informadores en las manifestaciones. En este sentido, se mostró convencido de que la identificación de los periodistas es «insuficiente».

Por otra parte, tres agentes de los Mossos d'Esquadra resultaron heridos después de que unos 400 jóvenes contrarios a la aplicación del Plan de Bolonia lanzaran botes de pintura contra la policía y la fachada del Palau de la Generalitat, en la plaza Sant Jaume de Barcelona, al término de la manifestación de profesores de la enseñanza pública contra las políticas de la Generalitat.