El proyecto pretende crear sangre del tipo O negativo, que puede transfundirse a cualquier persona.

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EFE-LONDRES

Científicos británicos quieren ser los primeros en producir cantidades ilimitadas de sangre «sintética» a partir de células madre embrionarias para su uso en transfusiones de emergencia y sin riesgo de infección para el paciente.

En los próximos días se anunciará un gran proyecto de investigación que se pretende que culmine dentro de tres años en las primeras transfusiones a voluntarios con sangre obtenida de embriones sobrantes de la fecundación in vitro, según informó ayer «The Independent».

La sangre se utilizaría para salvar lo mismo vidas de víctimas de accidentes de tráfico que de soldados en el frente de batalla y representaría una auténtica revolución en los servicios de transfusión sanguínea, que dependen actualmente de los donantes.

En el proyecto participan la sección de Sangre y Trasplantes del Servicio Nacional de Salud, el Servicio Nacional de Transfusión de Escocia y el Wellcome Trust, la mayor organización médica de carácter benéfico del mundo.

Los científicos estudiarán los embriones humanos sobrantes de la fecundación in vitro y tratarán de encontrar los genéticamente programados para desarrollar sangre del grupo «O negativo», que puede transfundirse a cualquier persona sin temor a rechazos.

Ese grupo sanguíneo es relativamente raro, corresponde a aproximadamente un 7% de la población, pero podría producirse en cantidades ilimitadas a partir de células madre por la capacidad que tienen éstas de desarrollarse indefinidamente en el laboratorio.

El objetivo de los científicos es hacer que las células embrionarias se conviertan en glóbulos rojos portadores de oxígeno para transfusiones de urgencia.

Esa sangre tendría además la ventaja, según los expertos, de que no presentaría ningún riesgo de infección por el virus del sida, la hepatitis o la variante humana de la enfermedad de las «vacas locas».

Se cree que el Wellcome Trust se ha comprometido a destinar más de 3 millones de euros al proyecto, que se beneficiará también de las aportaciones de los servicios de transfusión de Escocia, Inglaterra, Gales y posiblemente también de Irlanda.

Un portavoz de ese Trust dijo que en este momento se están resolviendo ciertos asuntos legales entre las partes implicadas.

Al frente del proyecto está el profesor Marc Turner, de la Universidad de Edimburgo, que dirige el Servicio Nacional Escocés de Transfusiones. Turner ha participado en investigaciones destinadas a garantizar que la sangre utilizada en transfusiones está libre del agente infeccioso causante de la variante humana de la enfermedad de las vacas locas.