Protesta de amigos y familiares del hombre fallecido el pasado 1 de abril, en la manifestación contra el G-20 en Londres. Foto: EFE

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OTR/PRESS-LONDRES

El británico fallecido en las manifestaciones previas a la cumbre del G-20 minutos después de ser agredido por un policía murió como consecuencia de una hemorragia abdominal, no de un infarto, como se había informado en primer lugar, según ha revelado la segunda autopsia, acometida por uno de los patólogos más reputados de Reino Unido.

Los resultados, difundidos en un comunicado por el Tribunal de Magistrados de la City de Londres, podrían dar un vuelco en la investigación del incidente que ha asumido la Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC, en sus siglas en inglés), la misma que solicitó una segunda revisión del cadáver de Ian Tomlinson, una vez trascendieron las imágenes que probaban la agresión de un agente.

Tomlinson regresaba a su casa el pasado 1 de abril tras concluir su jornada laboral en el kiosco que regentaba y ni siquiera formaba parte de las protestas convocadas en el distrito financiero. Sin embargo, fue atacado en las inmediaciones del Banco de Inglaterra por un miembro de las fuerzas de seguridad que lo tiró al suelo y lo habría atacado con la porra reglamentaria.

Minutos después, el hombre falleció en la avenida próxima de Cornhill y, desde entonces, la paulatina aparición de imágenes ha motivado una campaña que ha llevado al propio comisario jefe de Scotland Yard, Paul Stephenson, a solicitar una revisión de las prácticas policiales.

Los magistrados han subrayado en su comunicado que las conclusiones son provisionales, tanto las del primer análisis como las de este segundo que se acaba de conocer y que rebate la interpretación del forense encargado del evaluación post-mortem inicial, Freddy Patel, quien había atribuido el fallecimiento a un ataque al corazón y a un exceso de sangre en la cavidad abdominal. En consecuencia, el «fallo arterial» al que inicialmente se imputó la muerte tornó en una hemorragia abdominal en opinión del patólogo Nat Cary, quien acometió una segunda investigación del cuerpo a petición del regulador policial y de los abogados que representan a la familia de Tomlinson.

La corte explicó que la «opinión del doctor Cary es que la causa fue una hemorragia abdominal» y que «el motivo de ésta está pendiente de averiguar», si bien apuntó que aunque el forense «acepta que hay evidencias de una arteriosclerosis coronaria, afirma que es improbable que dada su naturaleza y alcance hubiese contribuido como causa de la muerte».

El policía británico que agredió al ciudadano Ian Tomlinson está siendo interrogado por homicidio, después de que la segunda autopsia revelase que la muerte se debió a una hemorragia abdominal y no al infarto atribuido en el primer análisis. La investigación desarrollada por la Comisión Independiente de Quejas de la Policía podría dar un vuelco, si bien la Corte de Magistrados de la City de Londres subrayó ayer que las conclusiones de las dos pruebas son todavía provisionales. El agente ya había sido suspendido el jueves 9 de abril de sus funciones, justo un día después de presentarse de forma voluntaria ante los responsables de las pesquisas, ya que la prioridad del regulador policial una vez trascendieron las imágenes que probaban el ataque del oficial era dar con el autor.