TW
0

Las ventas de la píldora del día después se han «cuadruplicado» desde que hace un mes el Ministerio de Sanidad permitiera su comercialización sin receta médica, un incremento que ha calificado ayer de «escandaloso» el presidente de la Confederación Farmacéutica Española (Cofares), Carlos González Bosch.

 

El responsable de este grupo, que aglutina a más de 9.200 titulares de oficinas de farmacia de toda España, confesó que no quería expresar su opinión sobre esta situación pero ha invitado a los responsables sanitarios a analizar el fenómeno, así como al conjunto de la sociedad.

 

Concretamente, ha animado a las autoridades sanitarias a preguntarse si «esto era lo que querían» cuando decidieron poner a la venta, si prescripción médica, la píldora poscoital.

 

La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, justificó esta medida en la necesidad de «facilitar la accesibilidad» al medicamento y contribuir a la reducción de embarazos no deseados en jóvenes y adolescentes, insistiendo siempre en que se trata de un método anticonceptivo de «emergencia».

 

González Bosch comentó que «desde el punto de vista analítico de una empresa», si se multiplican las ventas de cualquier producto, se pueden interpretar varias cosas.

 

Una es que «había una demanda insatisfecha», que ha salido a la luz al no tener que acudir las jóvenes a un centro médico para adquirir la píldora, o que «el cauce de venta» existente hasta el 28 de septiembre «no se adecuaba a la realidad».

 

Ante esta actuación «muy sorpresiva y rápida» del Ministerio de Sanidad, aseguró que ésta es «una cuestión ciertamente singular que debe analizarse» por las personas que la promovieron y también por las organizaciones sociales y los ciudadanos en general.

 

Numerosos expertos y colegios de médicos, instituciones como el Defensor del Menor, las autoridades sanitarias de comunidades como Madrid, Catalunya, Navarra, Murcia o Galicia, representantes de la Iglesia Católica, la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa) y partidos políticos como PP y CIU se posicionaron en contra de que las chicas puedan comprar la píldora sin receta.

 

Estos grupos expresaron su temor por que la venta libre de la píldora condicionara el abandono del uso del preservativo como método anticonceptivo habitual y protector de enfermedades de transmisión sexual.

 

También lamentaron que las jóvenes no tuvieran la posibilidad de tener asesoramiento médico sobre la píldora.