El Papa Francisco, durante su viaje a Ecuador realizado el pasado mes de julio. | Reuters

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El papa Francisco concedió este martes a los sacerdotes que absuelvan «el pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén arrepentidos de corazón», durante el Jubileo de la Misericordia que comienza el próximo 8 de diciembre y se celebrara hasta el 20 de noviembre de 2016.

Así se lee en una carta enviada al presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, y encargado de organizar el Año Santo extraordinario convocado por el pontífice y publicada por la oficina de prensa del Vaticano.

Según la doctrina católica, el aborto es un pecado grave que comporta excomunión y un sacerdote sólo lo puede absolver por orden de un obispo o del pontífice.

«El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido», con esta premisa Francisco explica la decisión de conceder a los sacerdotes que absuelvan pecados considerados graves por la Iglesia católica.

«También por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón», reconoce el papa.

Francisco afirma que «uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida» y que «algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo».

Pero muchos otros, en cambio, agrega el papa, «incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir».

«Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión», escribe Francisco.

La carta continúa: «Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza».

Francisco indica entonces a los sacerdotes que «se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión».

En la bula (documento) en el que el papa convocaba el Jubileo ya se incluía que una de las novedades serían los llamados «Misioneros de la Misericordia», sacerdotes enviados por Francisco para predicar y confesar también los llamados «pecados reservados a la sede apostólica», entre ellos el aborto.

Con esta carta, Francisco explica con todo detalle y da instrucciones sobre cómo obtener la indulgencia plenaria durante este Año Santo dedicado a la Misericordia.

«Para vivir y obtener la indulgencia los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión», agrega el papa.

Y añade que se «se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares».