«Campbell, Omura y Tu han transformado el tratamiento de enfermedades parasitarias», han señalado los miembros de la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Suecia tras dar anunciar el premio.
Campbell y Omura descubrieron y desarrollaron una nueva molécula, la avermectina, cuyos derivados han conseguido bajar radicalmente la incidencia de la oncocercosis, o 'ceguera de los ríos', y la filariasis linfática, conocida generalmente como elefantiasis, ambas enfermedades tropicales desatendidas provocadas por gusanos parásitos (helmintos); además, dicho fármaco ha conseguido mostrar eficacia contra un número creciente de otras enfermedades parasitarias.
Omura, microbiólogo japonés y experto en el aislamiento de productos naturales, se centró en un grupo de bacteria, 'Streptomyces', que vive en el suelo y se sabe que producen una gran cantidad de agentes con actividades antibacterianas. Equipado con habilidades extraordinarias en el desarrollo de métodos únicos para el cultivo a gran escala y caracterización de estas bacterias, Omura consiguió aislar nuevas cepas de 'Streptomyces' a partir de muestras de suelo y cultivadas con éxito en el laboratorio.
Por su parte, Campbell, experto en biología del parásito, se unió a la investigación del 'Streptomyces' de Omura y exploraron su eficacia sintetizándolo en una familia de insecticidas eficaces contra parásitos de animales domésticos y de granja.
El agente bioactivo se purificó y fue nombrado avermectina, que fue modificada posteriormente químicamente a un compuesto más efectivo llamado ivermectina. La ivermectina fue posteriormente probado en seres humanos con infecciones parasitarias y mató con eficacia larvas de parásitos (microfilarias).
En conjunto, las contribuciones Omura y Campbell llevaron al descubrimiento de una nueva clase de fármacos con una eficacia extraordinaria contra enfermedades parasitarias.
Por su parte, Youyou Tu descubrió artemisinina, un droga que ha reducido significativamente las tasas de mortalidad para los pacientes que sufren de malaria. Más de 3400 millones de los ciudadanos más vulnerables del mundo están en riesgo de contraer malaria, y cada año se cobra más de 450.000 vidas, principalmente entre los niños.
Hasta su descubrimiento, la malaria era tratada tradicionalmente con cloroquina o quinina. En 1960, cuando todos los esfuerzos para erradicar la malaria habían fracasado y la enfermedad aumentaba, en China, la galardonada investigadora trabajaba con la medicina tradicional a base de hierbas para hacer frente al reto de desarrollar nuevas terapias contra la malaria.
Tras diversos experimentos en animales infectados con malaria, el extracto de la planta Artemisia surgió como un candidato interesante. Sin embargo, los resultados fueron inconsistentes, por lo Tu revisó la literatura antigua y descubrió indicios que la guiaron en su búsqueda de éxito para extraer el componente activo a partir de Artemisia.
Su descubrimiento fue el primero en mostrar que este componente, más adelante llamado artemisinina, era muy eficaz contra el parásito de la malaria, tanto en los animales infectados y en los seres humanos. La artemisinina representa una nueva clase de agentes antipalúdicos que matan rápidamente la Malaria parásitos en una etapa temprana de su desarrollo, lo que explica su potencia sin precedentes en la tratamiento de la malaria severa.
SUS DESCUBRIMIENTO SON UN GRAN PROGRESO
Después de décadas de progreso limitado en el desarrollo de terapias duraderas para las enfermedades parasitarias, los descubrimientos por los laureados de este año esta cambiando radicalmente la situación.
«Vivimos en un mundo complejo biológicamente, que está poblada no sólo por los seres humanos y otros animales grandes, sino también por una plétora de otros organismos, algunos de los cuales son perjudiciales o mortales para el hombre», señala en el comunicado la organización.
Un grupo de importancia médica son los gusanos parásitos (helmintos), que se estima afectan a un tercio de la población mundial y son particularmente frecuentes en Africa subsahariana, Asia del Sur y América Central y del Sur.
Ceguera de los ríos y la filariasis linfática son dos enfermedades causadas por gusanos parásitos. Como su nombre indica, ceguera de los ríos (oncocercosis) en última instancia, conduce a la ceguera, a causa de la inflamación crónica en la córnea; mientras la filariasis linfática, que aflige a más de 100 millones de personas, provoca inflamación crónica y conduce a la estigmatización y la de toda la vida incapacitante síntomas clínicos, incluyendo elefantiasis (linfedema) y escrotal Hidrocele.
Mientras, destacan que la malaria es una enfermedad transmitida por mosquitos causada por parásitos unicelulares, que invaden los glóbulos rojos, causando fiebre, y en casos severos daños cerebrales y muerte.
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