El papa Francisco celebra la Santa Misa Crismal del Jueves Santo en la basílica de San Pedro del Vaticano. | ANGELO CARCONI

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El Papa ha denunciado que detrás del atentado de Bruselas están «los fabricantes de armas, que quieren sangre», durante la misa de este Jueves Santo, en latín Coena Domini, que conmemora la última cena de Jesús con los apóstoles.

El Pontífice también ha llamado la atención de la comunidad internacional sobre el drama de los refugiados, al celebrar la misa en el centro de acogida de inmigrantes en Castelnuovo di Porto, a 30 kilómetros de Roma.

«Detrás de Judas estaban los que le han dado el dinero, las 30 monedas, para que Jesús fuera entregado; hace 3 días un gesto de guerra y destrucción en una ciudad de Europa. Gente que no quiere vivir en paz, detrás de ese gesto están los fabricantes de armas, que quieren sangre, no la paz, que quieren la guerra, no la fraternidad», ha exclamado.

Lava los pies a refugiados

Francisco ha lavado los pies a 11 refugiados -cuatro nigerianos católicos, tres mujeres eritreas coptas, tres musulmanes de Siria, Pakistán y Malí, un indio de religión hindú- y una voluntaria italiana católica que trabaja en la cooperativa social Auxilium, responsable del centro de acogida.

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Durante la homilía, que ha improvisado por completo, el Papa ha reivindicado que «los gestos hablan más que las palabras» y ha reflexionado sobre los dos gestos que marcan el Jueves Santo: «Judas que va donde estaban los enemigos de Jesús a coger su dinero, con el que lo ha traicionado, las 30 monedas y Jesús que lava los pies de los apóstoles».

«Hoy aquí también hay dos gestos. Todos nosotros juntos, musulmanes, cristianos evangélicos, protestantes, hindús* diferentes culturas, pero hermanos, hijos del mismo Dios, que queremos vivir en paz», ha añadido

«Pobres aquellos que compran las armas para destruir la fraternidad», ha incidido.

Asimismo, ha detallado que el gesto de lavar los pies que Jesús hizo es un gesto de fraternidad. «Todos nosotros estamos haciendo el gesto de la fraternidad. Nosotros estamos diciendo somos diferentes, somos diversos, tenemos distintas culturas, distintas religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz», ha expresado.

Finalmente, ha pedido la paz en el mundo. «Cada uno de nosotros tiene una historia. Tantas historias y tanto dolor. Que cada uno en su lengua religiosa rece al señor para que esta fraternidad se contagie al mundo, para que no existan las treinta monedas para matar al hermano, para que siempre haya fraternidad y bondad», ha exhortado.