El visitante caminaba de espaldas mientras realizaba una fotografía de otra obra expuesta en la misma sala y derribó la estatua, que como consecuencia del impacto perdió sus alas y las plumas del casco militar, además de sufrir otros desperfectos.
El museo señaló que la recuperación de esta obra escultórica perteneciente al barroco tardío es posible y para ello constituirá un equipo multidisciplinar para proceder a su correcta reconstrucción.
La obra fue ejecutada en Lisboa entre 1765 y 1790 en madera de enebro dorada y policromada, mide 195 centímetros y tiene los ojos de cristal.
Su incorporación al museo lisboeta data de 1922, procedente del Real Colegio de San Patricio de clérigos irlandeses que antes se encontraba en el mismo espacio.
La entrada al museo es gratuita el primer domingo de cada mes y por esta razón el número de visitantes es mayor, lo que motivó que la sala estuviese más llena de lo habitual en el momento del accidente.
1 comentario
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Debieron poner unos cordones que protegen las obras desde cierta distancia, así nadie se puede acercar. Todo es cuestión de prever ese tipo de accidentes y evitarlos.