Según el director, la medida persigue que los alumnos ponga su educación en primer término y eviten distracciones. | Pixabay

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Los alumnos de una escuela de Gales tendrán que ser muy discretos o controlar sus hormonas hasta que lleguen a la universidad, ya que su director ha advertido de que expulsará a aquellos estudiantes que tengan novio o novia durante su estancia en el internado.

Esta medida, dirigida especialmente a los escolares de entre 15 y 17 años, ha sido impuesta por el director del centro, Toby Belfield, quien ha amenazado a aquellos que no cumplan el reglamento con la expulsión y con una mala carta de recomendación para cuando intenten entrar a la universidad.

La Ruthin School lleva en funcionamiento desde 1284 y estudiar durante un año en ella cuesta en torno a las 34.500 libras (39.300 euros), además del coste social de no poder mantener relaciones sentimentales durante la estancia.

«Las relaciones sentimentales pueden empezar en la universidad, no en nuestra escuela. Se lo comentaré al resto de los miembros del colegio y pondré una lista con los nombres de aquellos alumnos que tengan novio o novia», explicó Belfield, en unas declaraciones recogidas por el diario británico The Times.

Los alumnos aún no se han pronunciado al respecto por lo que no está claro si aquellos que mantienen una relación preferirán acabar con ella para alargar su estancia en el colegio o si desafiarán al director ante una normativa más propia de siglos pasados.

«Los estudiantes que no se atengan a esta regla deberán ponerse a buscar una nueva escuela para septiembre», advirtió Belfield.

En un gesto comprensivo, el director afirmó que los alumnos no serán directamente expulsados sino que se les dará la oportunidad de «revisar» su situación sentimental.

«Mi pensamiento es que ellos y sus padres pongan la educación en primer lugar», agregó Belfield, quien ya prohibió a los alumnos de su escuela encargar comida a domicilio cuando están en el centro escolar.

La medida parece chocar con otra expuesta la semana pasada por el Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, que anunció la creación de una Secretaría de Estado contra la Soledad, un problema que afecta a más de nueve millones de personas en el Reino Unido y que ahora amenaza con cernirse también sobre una pequeña escuela de Gales.