El Amorina como tal deja de existir y en su lugar emerge un renovado Cervantes Saavedra, en el ejercicio de una actividad marcadamente académica y bajo el interés de promover un nuevo enfoque de la enseñanza tal que marque para el resto de sus días a los elegidos para cada una de sus nuevas singladuras. El éxito de esta iniciativa anima a Segovia a transformarlo en buque escuela y ya con bandera española adquiere su nombre actual.
Entonces es seleccionado por su clásico aspecto marinero para encarnar al Estrella Polar, como protagonista de la serie El barco, emitida por Antena 3, que se prolonga durante tres temporadas entre 2011 y 2013 con un total de 40 episodios.
Al concluir esta actividad como plató cinematográfico reemprende su actividad habitual en la que combina los programas de índole académica con la promoción de un modelo educativo diferencial y novedoso, fundado en la experiencia vital y la formación de valores humanos. Este velero se encuentra estos días en el puerto de Palma tras haber realizado una travesía de 3 días desde Valencia que le ha llevado también a Ibiza y Formentera.
A bordo del buque nos recibe su capitán Juan Hernández Zúñiga junto a Alberto de Zunzunegui, director general de World Wide Nautic-All, Carlos Garrido de la Cierva, presidente de UMAV (Unión Madrileña de Agencias de Viajes) y Jorge Cervera Garrido, socio consejero de WWNA y subdirector de la firma que gestiona el barco. «El barco continúa siendo propiedad de la Universidad Camilo José Cela, pero para sobrellevar los costes que tiene una embarcación de estas características, también realizamos viajes fuera del curso escolar como este último», indica de Zunzunegui.
Maite y su amiga Sonia con sus hijas Marta y Sonia, suscriben la fantástica experiencia que para ellas ha representado viajar a bordo de este velero, una forma de navegar que califican de «más auténtica y personal que en un hotel flotante». A la pequeña Maite Garrido le ha gustado sobre todo «la combinación de la parte lúdica con la formación» y asegura que ella no pasó miedo al inicio de la travesía, cuando hubo mar de fondo, algo que Álvaro Cervera, todo un experto en nudos marineros, niega.
Bill Murphy ha realizado el trayecto con su pareja. «Me enteré de ello gracia a un compañero de colegio y la experiencia ha sido fantástica. Destacaría todo, sobre todo lo bien que hemos comido». Para los interesados, el viaje de tres días cuesta unos 400 euros por persona.
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