Tanto la hija como la antigua exposa del anciano declinaron hacerse cargo de él. | Pixabay

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No todo el mundo considera que cuidar de sus mayores, especialmente cuando estos están enfermos, es un deber y una responsabilidad que hay que acoger de buen grado, pero lo de la hija de Jill Elligsen pasa de castaño a oscuro.

La mujer decidió que el anciano, enfermo de Alzheimer, era una carga demasiado pesada, y decidió embarcarlo en un avión y enviarlo con la segunda mujer de su padre, de la que se divorció hace años, para que esta se hiciera cargo de sus cuidados.

La exesposa denegó esa responsabilidad y el hombre se quedó solo y abandonado. A sus 80 años lo encontraron vagando desorientado en el aeropuerto de Denver, sin saber cómo había llegado hasta allí ni saber tampoco qué debía hacer ni a quién acudir.

Los agentes tiraron del hilo y acabaron identificándolo, también a la exmujer y a su hija. Ambas rechazaron radicalmente hacerse cargo nuevamente del hombre.

La anterior esposa de Jill dijo que no se ocuparía de él. No guardaba un buen recuerdo porque fue agresivo durante su matrimonio, y avisó que si se presentaban los policías allí no les abriría la puerta.

La hija del hombre mayor también rechazó de plano volverlo a acoger, pues estaba agotada y necesitaba ayuda. Finalmente al hombre lo enviaron a un hospital universitario que posee una unidad especialista en el tratamiento de demencias y este tipo de enfermedades degenerativas.