Minutos antes de las dos del mediodía de este sábado se sentará en una de las tres sillas de barbero de la Peluquería Moll el último cliente a quien se le cortará el pelo. Su propietario, Juan Moll, tercera generación de una familia de peluqueros de corte a tijera, echa el cierre al emblemático establecimiento que se abrió hace 116 años. «Me voy contento. Ya estaba prejubilado desde hace un tiempo, por lo que sólo abría por las mañana, y he vendido el local», señala Moll, que piensa dedicarse a «cuidar de mi jardín, hacer deporte y muchas otras cosas que tengo que hacer. Además, tengo la espalda un poco mal y necesito descansar».
Tras los pasos de su abuelo, Juan Moll, siguió su padre, Manuel Moll. La peluquería está ubicada en la calle Estade, 3, una pequeña travesía de la Plaça Major que se hizo muy popular, tanto en Palma como en el extranjero. «Tengo un cliente que viene cada mes desde Hamburgo (Alemania) a Palma dos días por trabajo y siempre aprovecha para cortarse el pelo», señala.
Distintas generaciones de una misma familia han pasado por las tijeras de los Moll. Jaime Ballester es un fiel cliente que ayer no dudó en hacerse su último corte. «Hay pocos sitios donde te corten el pelo a tijera, pues todos quieren meter máquina y, sobre todo, que lo hagan bien. Juan es único y una bellísima persona».
Aunque Juan se ha dedicado toda su vida, desde los 18 años, a cortar el pelo, también pudo dedicarse a su otra vocación, cantar. «Con 16 años ya cantaba y lo hacía en salas como Tito's, Barbarela, Malvaloca, etc, hasta que me casé a los 28 años. Lo dejé pero a los 41. Cuando murió mi padre, volví a los escenarios a cantar con la orquesta de Besamé Mucho. Hasta los 51 años, que lo dejé definitivamente». Precisamente, uno de sus clientes, que también esperaba para su último corte, era Vicente Bono, que fue el director de aquella orquesta de Besamé Mucho donde cantaba Juan y que durante 40 años ha cortado el pelo en la emblemática peluquería que este sábado cierra.
10 comentarios
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"Lo dejé, pero" o "peró" más bien. Típicamente mallorquín. Me encanta, me trae recuerdos.
¡Enhorabuena y que disfrute muchos días de su bien ganada jubilación! Siempre he considerado que ese oficio era muy duro ya que tienen que estar de pie todo el día y además en muchas ocasiones soportar los rollos macabeos de sus clientes.
Mi marido antes iba. Ahora vivimos en otra zona y también va a un barbero d los d toda la vida. Hace 40 años que le cortó el pelo el día que nos casamos
Gracias Juan.
Una barbería de toda la vida. Las barberías tradicionales tienen su encanto y que evocan otras épocas, en algunos aspectos mejores que los tiempos que corren ahora. Lástima que en muchos casos cierran porque no hay relevo generacional.
Felicidades por tantos años de buen servicio. Toda una lástima pero una alegria también. Gracias.
Se va mi barbero de toda la vida, su padre me subía a la silla de barbero sobre un taburete allá en la calle des peners. Enhorabuena Joan, forta abraçada
Un abrazo Joan. Toda mi familia pasó por tus tijeras. Siempre creabas una atmósfera que te hacía sentir como en una especie de hogar.
Enhorabuena por esta gran trayectoria, y ahora a disfrutar de su tiempo.
En mi barrio las barber shops son los nuevos todo a un euro, queda un local vacío y te montan una barber Shop... Igual que las peluquerias en un mismo barrio te puedes encontrar más peluquerias que bares