Como reza el dicho ‘después de la calma viene la tormenta', y tras un par de meses de tregua, los vecinos de sa Llotja constatan que en cuanto Mallorca ha entrado en fase 2, las terrazas de los bares han vuelto a apropiarse de las plazas de Drassanes y sa Llotja, y los músicos han desenfundado sus instrumentos, una vez más. «Los vecinos de la zona constatamos diariamente la sensación de ninguneo hacia el barrio y la pasividad de las instituciones, donde incluimos a la Policía Local y a Cort, a la hora de hacer frente a esta enemiga silenciosa que es la contaminación sonora, critica abiertamente Jaime Herrero, presidente de la Associació de Veïns Llotja-Born, al tiempo que constata que, aunque sa Llotja fue el primer barrio de Palma declarado ZEP, zona de especial protección acústica, los bares y restaurantes cierran a las tres de la madrugada, los grupos de borrachos campan a sus anchas y más que un barrio del centro, tendemos a parecernos al Magaluf de Palma», reitera Herrero.
Denuncias en auge
Pese a que la capital palmesana cuenta con herramientas para luchar contra la presión sonora, como una ordenanza específica de ruidos y vibraciones, aprobada en diciembre de 2013, y la creación cuatro años después de una comisión técnica de Ruidos y Salud en la que se coordinan las áreas de Sanidad y Consumo, Seguridad Ciudadana, Urbanismo y la oficina de la Defensora de la Ciudadanía, la saturación sonora no ha dejado de aumentar. Solo hay que echar un vistazo a las multas impuestas por el Consistorio en los últimos tres años en materia de ruidos e incumplimiento de horarios: 275 expedientes sancionadores en 2017, cifra que ascendió hasta 430 en 2018, mientras que en 2019 sumaron 570 sanciones por ambos motivos.
Barrios en lucha
Según datos facilitados por el área de Salud y Consumo del Consistorio palmesano, barriadas tan dispares como s'Arenal, Foners, Son Armadans o Pere Garau son campeonas en ruido, o al menos sus locales de ocio y restauración son los que más acumulan multas por incumplir la normativa municipal. Cifras, por cierto, que miran con incredulidad las entidades vecinales históricamente más afectadas por la presión sonora. Jaime Herrero, de la Associació de Veïns Llotja-Born, se pregunta dónde se pierden las denuncias que hacen los vecinos de sa Llotja, y no duda de hablar de «ocultismo» del número de denuncias reales.
Biel Barceló, portavoz de los vecinos de Platja de Palma-s'Arenal, recuerda que como los vecinos no estaban de acuerdo ni con las cifras de denuncias ni con las sanciones impuestas en la zona, se presentaron en un pleno con una muestra de 50 denuncias vecinales. Aún así, siempre según las cifras del Ajuntament de Palma, los locales de esta barriada son los que más infracciones cometieron el pasado año con 18 multas impuestas; para la entidad vecinal, una cifra claramente insuficiente. En este sentido, y a la espera de que Cort revise su mapa estratégico de la presión sonora, previsto ya en su Plan de Acción contra el Ruido de 2015, ellos mismos han elaborado su propio mapa de la contaminación acústica en la zona, destacando tramos con ruidos por el tránsito de personas y en balcones, así como otros donde se localizan los locales de ocio más frecuentados por los turistas. De esta manera, hacen hincapié en la vigilancia del tramo de la calle Trasimé comprendido entre calle Tokio y Milà, junto al tramo de calle Amilcar, entre las calles Cannes y Cartago.
En este sentido, recuerda que los últimos dos meses han sido el «paraíso» para muchos vecinos de Platja de Palma, ya que han podido disfrutar de la paz de la zona. Ahora, temen lo que vendrá en pocas semanas, cuando se ponga en marcha el esperado plan piloto de reactivación que atraerá a la barriada a 4.100 turistas alemanes: «¿Qué filtro habrá? ¿Quién selecciona a estos turistas? ¿Van a venir los de siempre? Porque conocidos locales del arenal, foco de problemas para los vecinos, ya están anunciando en redes sociales que vuelven a abrir sus puertas con lemas como ‘Ve entrenando el hígado tras la cuarentena'», denuncia Barceló, al tiempo que recalca que Platja de Palma no quiere ser el ‘conejillo de indias' de la reactivación turística, y piden que la zona se abra al mercado interior.
En stand by
Para Tomeu Seguí, uno de los portavoces de la plataforma Son Espanyolet Residencial, las denuncias a la Policía Local no sirven para nada, y hace tiempo que han optado por denunciar ante Inspección turística. Al igual que los vecinos de otras zonas afectadas por el ruido derivado del incivismo de ciertos locales de ocio o el alquiler turístico, estas últimas semanas «no se has movido una mosca» en esta barriada debido al confinamiento y la ausencia de turistas. Pero no duda en confesar que temen la temporada. «Ni fiestas hasta altas horas, ni sobreocupación en las viviendas alquiladas. Veremos qué pasa a partir de la fase 3, cuando se abran las fronteras y el alquiler turístico se reactive», finaliza Seguí con pesar.
13 comentarios
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Yo cerraba todos los bares, pubs a las 12 de la noche
Pepe de Palma en Palma han gobernado , rojos azules y amarillos y ninguno ha limitado el ruido
Los ruidos provocan problemas psicológicos;son un problema de salud. Nunca ha de prevalecer el interés económico sobre el sanitario. Si tras comprobar el nivel de ruido con el sonómetro resulta que los decibelios no superan lo permitido, quizá se han de rebajar los límites. De todas formas, la mejor solución son los polígonos de ocio, los ruidos fuera de las poblaciones.
Si el Ayuntamiento sabe donde están los problemas de ruido y molestias para los vecinos ¿porque no actúa? ¡ah! vale que gobiernan los rojos.
Mi más sincero apoyo a todos los que comentáis la situación de molestias y violaciones de vuestros derechos. Es inhumano y una constante vulneración del derecho al descanso y a la salud de los vecinos que sufren el ruido, molestias y suciedad de los locales y discotecas. La contaminación acústica es aberrante en la Isla. En Plaza Mediterráneo la terraza PRADA, está provocando un ruido de música, y voces de las personas que roza lo indecente. La policía local lo sabe, me consta que se ha llamado insistentemente para que acudan y literalmente pasan de todo. Esto sucede cada día, excepto el lunes. Puertas y ventanas cerradas a cal y canto y aún así el ruido es insostenible. Hay familias que se ven obligadas a dormir juntos adultos y niños en un solo dormitorio por la imposibilidad de utilizar los que dan a dicha terraza. Además incumplen horarios ante la pasividad de Ayuntamiento y policía local. Solo están para meterse con el pobre infeliz de turno, pero con los peces gordos no, verdad?
la polbacion rechaza y agreden a policiasysanitarios que quieren prevenir contagios por que sonuna poblacion de ignorantes y malvados pero un dia ya no podran policiasayudar por el colapso de contagios
Siempre digo lo mismo,los representantes del ayuntamiento de Palma como Policía Local son unos verdaderos incompetentes por no llamarles vagos. Leo este artículo publicado hoy y veo que no sólo es Santa Catalina y la lonja somos los que sufrimos estos desordenes que se les consiente por parte del ayuntamiento. Es un tema qué tienes que vivirlo para saber lo que es esto. Un ejemplo acojonante que ocurre en mí barrio en concreto en la calle fábrica en el Pub Trendy dueños del restaurante Diecisiete grados, resulta que este pub debería abrir mañana en la fase 3 pues lleva dos semanas abriendo,el pasado viernes cortaron literalmente la calle peatonal con un grupo grande de con sus copas en mano,gritos carcajadas y vasos rotos que después recogen pon la mañana miembros de Emaya. Lo más curioso es qué nunca ha sido sancionado ni tampoco hemos visto jamás la presencia de la Policía local.Tenemos un registro dé llamadas para demostrar algún día que lo que publicó es cierto.
Porque se sigue a estigmatizar a los restauradores de la Lonja? El barrio de la Lonja no tiene nada que ver con S’Arenal y con el barrio de hace 20 años lleno de discotecas, bares y restaurantes abiertos hasta las 6 de la mañana. Las terrazas de la plaza de Lonja hoy día tienen que cerrar a las 23h mientras que la mayoría de los españoles/mallorquines aún están cenando. Una buena parte de las terrazas están cerradas durante 5 meses y solamente hay los meses de julio y agosto cuando se trabaja las 22h pasadas. La clientela es muy civilizada y viene a cenar y no a emborracharse. Señores, de qué ruido se queja? En la plaza de la Lonja están solamente la mitad de las terrazas abiertas con un 30% de su capacidad normal y ni llegan al 5% de afluencia en tiempos normales. La plaza parece un cementerio y los restaurantes están en un estado muy crítico pero aún hay vecinos que se quejan.
La situacion con las terrazas es insostenible. Los bares se han apropiado del espacio publico. Algunos lo han hecho correctamente, pidiendo una licencia, pero la inmensa mayoria no. Nos roban plazas de parking por las que no pagan un duro, y encima generan muchisimo ruido y muchisima suciedad. BASTA YA!!
Doy fe si algo bueno tenía el confinamiento ha sido el silencio que se respiraba en mi barrio son armadans,libre de ruidos de tráfico,gente gritando,terrazas,la música de los coches a tope,gente que se pone a hablar debajo de la ventana donde duermes, y un larguísimo etc que padecemos a diario,dentro de todo lo malo lo bueno era que por fin he disfrutado del silencio y daba gusto estar en casa,sres España,Palma es una ciudad que supera con creces los niveles normales de ruido y estar sometido a ruido constantemente y no poder descansar genera estrés y depresiones,hagan algo ya!gracias.