Publicada por la editorial Libros Cúpula, esta biografía llegará este miércoles a las librerías españolas después de haberse convertido en un éxito editorial en Estados Unidos, país donde este intérprete nació hace 51 años en Uvalde, condado de Texas.
Según arranca McConaughey en esta obra de más de 280 páginas, no se trata de una «biografía tradicional», porque pese a contar historias del pasado, no tiene «ningún interés» en la «nostalgia, el sentimentalismo o la reclusión que requieren muchas memorias».
Se trata, dice, de una «obra de enfoque», un «manual de estrategia» basado en las «aventuras» de su vida «significativas, reveladoras y divertidas».
Momentos vitales como cuando a sus quince años le «chantajearon» para que tuviese relaciones sexuales: «estaba seguro de que iría al infierno por haber tenido sexo antes del matrimonio. Hoy simplemente estoy seguro de que espero que no sea el caso», cuenta.
Pero también confiesa otros pasajes de su vida como cuando consumió peyote en México en una jaula con un puma y un veterinario le tuvo que poner 78 puntos en la frente; o cuando un hombre abusó de él cuando tenía dieciocho años y estaba «inconsciente en la parte de atrás de una furgoneta».
Una lista de vivencias a las que suma otras como que ha tocado los bongos desnudo hasta que la policía lo arrestó, o que su madre llevaba a los fans a su casa para que vieran la habitación donde perdió la virginidad.
Un relato sincero en el que saca conclusiones vitalistas y positivas porque reconoce que siempre se ha salido con la suya «en la vida que en los sueños» así como que «nunca» se ha sentido una víctima.
«Tengo muchas pruebas de que el mundo está conspirando para hacerme feliz», dice en «Greenlights».
En unas páginas salpicadas con fotografías personales e íntimas, McConaughey vuelca también en su autobiografía todos esos pensamientos y reflexiones que ha ido escribiendo desde que aprendió a escribir, porque desde ese momento siempre ha llevado con él un diario donde ha escrito «cualquier cosa» que le despertara algo, ya fueran «risas, lágrimas o dudas».
«Hace dos años reuní el coraje de juntos todos esos diarios y aislarme para trabajar en ellos y ver qué demonios tenía. Y volví con esto, un libro. Este libro ha sido mi obsesión durante los últimos dos años. Ahí es donde he estado. Ha sido mi única obsesión en cuanto al trabajo. Es la extensión permanente más verdadera que he sacado o creado en mi mismo», afirma.
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