Otro de los investigados es S.R.G., apodado Moli, que trabaja con aluniceros como especialista en cajas fuertes. Este hombre cumplió condena por homicidio imprudente al atropellar a una persona, en el distrito madrileño de Arganzuela, que murió en el hospital. Con esta operación, la Policía Nacional ha desarticulado la rama española de la organización, que también proporcionaba pasaportes covid falsos en diferentes países de la Unión Europea. Las pesquisas han permitido la detección e identificación de los líderes de la organización criminal, que operaba desde Francia, cuyos datos ya han sido puestos en conocimiento de las autoridades del país.
En España, han sido detenidas siete personas -seis en Madrid y una en la provincia de Barcelona- y los agentes han constatado hasta el momento la inscripción fraudulenta de unas 1.600 personas en el Registro Nacional de Vacunación, solo en la Comunidad de Madrid. Entre los arrestados hay cinco hombres y dos mujeres. Una de ellas es argentina de 38 años y otra española de 30, a la que también se le imputan revelación de secretos y acceso ilegal a base de datos, ya que es enfermera. Esta joven, que fue captada por la red, introducía en el registro a quienes requerían las certificaciones falsas. Todos los hombres arrestados son españoles, de 59, 51, 46, 37 y 31 años. El de 37 años tiene 18 antecedentes, entre ellos uno por un homicidio.
La investigación sobre esta red comenzó a principios de enero cuando los agentes detectaron anuncios que ofrecían tanto pruebas PCR falsas como pasaportes COVID falsificados en grupos de carácter negacionista de una aplicación de mensajería instantánea. Integrantes de grupos criminales o intermediarios de estos se introdujeron en estos grupos para garantizar un "pase de salud" a personas que no estuvieran vacunadas.
El pago que exigía la red a cambio de las certificaciones fraudulentas era de 50 euros en el caso de emitir certificados de pruebas PCR negativas y cantidades que oscilaban entre los 200 y 1.000 euros a cambio de expedir pasaportes coronavirus en los que constaran dos o tres dosis de vacunación. En la mayoría de los casos, los integrantes de la organización exigían el pago en criptomonedas, a través de cuentas que habían abierto en terceros países para hacer más complicado el rastreo por parte de las autoridades. Una vez que los implicados percibían el pago, los interesados obtenían el código QR en el que constaba la pauta de vacunación fraudulenta. A los dos días podían obtener el pasaporte COVID en el que constaban como recibidas dos o tres dosis.
La organización habría creado dos tipos de redes clientelares. Una a la que cobraban alrededor de 200 euros para que pudieran obtener el documento fraudulento, y otra, con mayor poder adquisitivo, a la que se exigía un pago de 1.000 euros por introducirlas en el registro con la pauta de vacunación completa. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. También se siguen las pesquisas por el posible robo de claves de acceso al sistema sanitario español.
1 comentario
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Me parece totalmente incorrecto que en la información sobre 1.600 implicados se publique el nombre de UNA persona y a renglón seguido se identifique a otro con solo las iniciales, a pesar, además, de haber pasado por la cárcel …