En la academia De Pablos, Lourdes Fernández ha aprendido nuevas técnicas, como la pintura acrílica o la acuarela.
Afrontar el tránsito de una intensa vida laboral a una situación de ocio prolongado puede suponer un reto. La jubilación puede observarse desde diferentes perspectivas, según la situación de cada individuo: como un abismo o como una ventana a infinitas posibilidades. Las academias de dibujo y pintura se alzan como una gran opción para aquellos que desean desarrollar sus habilidades artísticas. «La pintura ocupa buena parte de mis días; aunque tenga otras cosas, mi mente está en el cuadro que estoy pintando. Me llena por completo. Es una ilusión, una razón más para vivir», afirma Manuel Gómez que, desde hace cuatro años, asiste al estudio Arkadia, en el barrio de Cas Capiscol, dirigido por el maestro Juan M. Pastor. «Mi objetivo es transmitir la pasión por la pintura y fomentar el estilo propio y la creatividad».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.