Limpiar es para muchos tarea ardua. Y más, si se trata de electrodomésticos de difícil limpieza, con múltiples recovecos por donde se esconde la suciedad. El horno, además, es uno de los electrodomésticos cuyo uso más ensucia. Sin embargo, existen métodos sencillos para ahorrar tiempo y lograr que el horno y la cocina permanezcan limpios durante mucho más tiempo.
El secreto es, efectivamente, limpiarlo con frecuencia. De no hacerlo, el horno se convierte en el nido perfecto de multitud de microorganismos y gérmenes. Un verdadero foco que puede acabar en infecciones alimentarias de no ponerle remedio. Por ello, lo ideal es limpiarlo después de cada uso. Aunque parezca misión imposible, de hacerlo, apenas llevará un par de minutos, pues la suciedad a limpiar será mucho menor. El proceso en este caso también es sencillo y rápido.
- Saca todas las bandejas del horno
- Mezcla 1/2 litro de agua y 250 gr de sal
- Esparce la mezcla por el interior del electrodoméstico y las bandejas
- Deja actuar entre 15 y 20 minutos
- Pasa una bayeta húmeda para retirar los restos de suciedad
Eso sí, esta se trata solo de una limpieza frecuente, pero superficial. Es necesario que cada seis meses se lleve a cabo una limpieza a fondo. En estos casos o cuando el horno está muy sucio, una de las soluciones más útiles es recurrir al agua, con bicarbonato y vinagre. Hay que mezclar diez cucharas de bicarbonato, cuatro de agua y tres de vinagre hasta conseguir que se forme una pasta espesa. Una vez hecha la mezcla, se ha de aplicar sobre las superficies más sucias con ayuda de una espátula y dejar actuar toda la noche. Para retirarlo, solo es necesario pasar una bayeta con agua hasta eliminar todos los restos de pasta y suciedad y secar el electrodoméstico, encendiéndolo a temperatura baja no más de 15 minutos. El horno lucirá limpio y como nuevo.
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