Un perro sujeto con un arnés en el coche. | Pixabay

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Las mascotas son uno más de la familia. Les proporcionamos sumos cuidados, las llevamos a todos lados y nos cuesta separarnos de ellas. Precisamente, por su seguridad y la nuestra, hay que ser muy cautos a la hora de trasportarlas en el vehículo. La Dirección General de Tráfico establece serias multas para aquellos que pongan su vida y la de sus mascotas en peligro en los viajes por carretera. La normativa establece una multa básica de 80 euros si el animal no va correctamente sujeto. La cifra escala a los 200 euros si invade el espacio del conductor. La sanción más alta es de 500 euros, si la mascota invade el espacio del conductor y este la lleva sobre su regazo o si el animal va suelto. Además de la multa de 500 euros, en estos casos también se retiran 6 puntos del carnet.

La DGT establece que el animal debe de ir bien sujeto, con arnés o cinturón, aunque la normativa no concreta qué tipo de sujeciones debe portar o hasta qué punto el animal puede gozar de cierta libertad de movimiento. Estas son las recomendaciones más extendidas para evitar posibles multas al transportar mascotas en el coche:

  • Rejilla y trasportín: la opción más garantista para trasportar a un animal en el coche es colocar una rejilla entre la parte delantera y trasera del vehículo y meter al animal en un trasportín, situado en el suelo.
  • Trasportín: para no enfrentarnos a una posible multa, lo mejor es colocar el trasportín en el suelo de la parte trasera. Así, en caso de accidente, el habitáculo recibirá el menor impacto posible.
  • Arnés: el arnés se engancha al cinturón y sujeta al animal. Es mejor utilizar uno de dos enganches, para que el animal vaya correctamente sujeto y los agentes no nos impongan una mula por llevarlo mal atado. Además, evitaremos que las hebillas se suelten y la mascota salga disparada en un suceso en la carretera.
  • Trasportín en el maletero: si el animal es de grandes dimensiones, conviene colocar el trasportín en el maletero, de forma trasversal.

La excepción a todas estas reglas y sanciones son los perros guías. Estos pueden ir incluso sueltos o sentados bajo el asiento del conductor. Estas multas tienen como objetivo concienciar de la importancia de la correcta colocación de las mascotas. En caso de un accidente, un animal de 35 kilos, a 50 kilómetros por hora pasaría a pesar unos 700 kilos, generando daños más que considerables. Para evitar situaciones de riesgo, conviene evitar que el animal saque la cabeza por la ventanilla, que otro pasajero lleve sobre el regazo el trasportín o llevar este atado con los cinturones, ya que en caso de accidente, el cinturón puede romperse y el animal, salir disparado.