Alejandro Pons, Agustín Enzo Borgeat, Júlia Alemany, Francesc Vivó, Marc Tomàs, Ruben Pons y Alberto Segura.

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Mallorca está de enhorabuena. Seis adolescentes con mentes privilegiadas han situado a Balears en el pódium de la 25º edición de las Olimpiadas Internacionales de Deportes Mentales. Los seis atletas mentales se han hecho con 29 medallas (12 oros, 11 platas y 6 bronces) en el mundial, celebrado en Londres del 21 al 29 de agosto. Rubén Pons, Agustín Enzo Borgeat Zunino, Júlia Alemany, Alberto Segura, Francesc Vivó y Marc Tomás se han formado en la Escuela Internacional de Juegos de Estrategia del Colegio Lluis Vives, capitaneados por el profesor José Luis Segura.

La convención, aún desconocida para el público general, reúne a profesionales de alrededor del mundo en juegos de mesa. Durante diez días se suceden competiciones a juegos clásicos, como el ajedrez o el Backgammon, hasta más raros, como Entropía, que ni siquiera está en el mercado. De entre los galardonados, destaca Agustín Enzo, que con solo 14 años se ha alzado con la medalla de plata absoluta en el juego Azul. El objetivo es, a partir de cinco piezas, crear patrones. El joven, que empezará este curso 3º de la ESO en el colegio Guillem Sagrera, se enfrentó a Ankush Khandelwal, uno de los referentes mundiales de la disciplina, al que ganó. «Ganar siempre molta mucho, pero es importante saber perder. Es como se aprende. En el juego y en la vida», destaca.

Agustín Enzo Borgeat, de solo 14 años, jugando a Gomoku con el estonio Andres Kuusk, cinco veces campeón del Pentamind.

Júlia Alemany, de 16 años y alumna de 2º de bachillerato del IES Joan Alcover, también ha logrado una medalla absoluta (que requiere quedar entre los tres primeros de la competición, independientemente de la edad). En su caso, ha sido de bronce, en su juego preferido, Carcassone. «Lo más difícil ha sido aguantar. Había días en que competíamos durante doce horas y llegaba un punto en que el cerebro ya no aguantaba», confiesa, aunque tiene claro que el esfuerzo, al menos en esta ocasión, ha merecido la pena. Ha sido de las pocas mujeres que ha participado en el torneo: entre los 20 primeros clasificados solo había una mujer, y entre los 50, apenas siete. «Hay muchas a las que les gusta jugar, pero pocas se atreven a competir», comenta al respecto.

Marc Tomàs, en plena acción durante una de las ‘batallas’ mentales.

Júlia se inició en el mundo de los juegos de mesa con seis años, de la mano del ajedrez. Agustín Enzo lo hizo al apuntarse por casualidad a una extraescolar, con la que descubrió una de sus actuales pasiones. Rubén Pons es ya uno de los veteranos y su trayectoria está al alcance de muy pocos: oro, plata y bronce en el Pentamind Junior. «Me quedo con el ambiente. Fuera de los torneos, los rivales se convierten en amigos. Los éxitos les han llegado pronto, pero no exentos de sacrificio. Durante los cinco meses anteriores a las Olimpiadas, el entrenamiento diario se ha intensificado y la disciplina ha tenido que ser más férrea que nunca. Preguntados sobre las habilidades necesarias para tal agilidad mental, todos apuntan al trabajo constante, la paciencia, el tener un buen mentor y, sobre todo, no rendirse a la primera de cambio.