Gastón Feity, con varios de los perros a su cargo. | Pere Bota

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Gastón Feity es un tío con suerte. Pocos pueden vanagloriarse de hacer de su hobby casi una profesión. Este argentino llegó hace 11 años a Balears, y ha vivido en las islas de Eivissa y Mallorca, trabaja en un sitio web inmobiliario y como recepcionista airbnb, normalmente desde casa y con su ordenador como fiel compañero. Pero después del confinamiento, y con las restricciones de por medio, empezó a darle vueltas a otra forma de complementar sus ingresos, cada vez más menguados.

Amante de los perros, decidió apuntarse al portal online Gudog, una plataforma que pretende ser una alternativa a las residencias caninas y que pone en contacto a propietarios de perros con cuidadores de confianza. En muy poco tiempo, este amante del deporte y los animales se ha convertido en el preferido de Gudog en Palma, con una agenda con lista de espera. ¿Cuál es el secreto de su éxito? Gastón nos lo cuenta.

«No es un secreto. Hago por los dueños de los perros que cuido, lo que me gustaría que hicieran por mí. Cuando emigré de mi Argentina natal, tuve que dejar a mi perra con un amigo, y me costaba que me enviara un vídeo o una simple foto para ver cómo estaba. Y eso es duro, no hay vínculo tan fuerte como el que tienes con tu animal de compañía», explica Gastón al teléfono, mientras habla con nosotros, rodeado por un coro de ladridos.

Gastón es uno de los cuidadores de perros preferidos en Mallorca. Los pasea entre 3 o 4 veces al día y envía varios vídeos a sus propietarios.

Hoy ejerce de cuidador de hasta cinco perros, del suyo propio, Toni, un chihuahua la mar de divertido y abierto, y de cuatro más, habituales en su casa. «Cuido algún perro que llega de forma esporádica, pero lo habitual es tener ‘a los de siempre'. Tengo una funcionaria que me deja un semana al mes su perro las 24 horas; tengo como cliente a un empresario que viaja a menudo entre islas y me deja siempre a su can; y una pareja que tiene dos perros, trabajan muchas horas, y no les gusta dejarlos solos tanto tiempo, así que me los dejan por la mañana y lo recogen cuando cierran su negocio. No es algo habitual, pero si te gustan los animales y tienes dinero, puedes permitirte un cuidador a tiempo completo como yo», apostilla este argentino, que recuerda que no acoge perros grandes, solo de tamaño medio y pequeño porque vive en un piso de tres habitaciones y con un patio interior, pero no es suficientemente amplio para ellos, y hay más peleas.

¿Y cómo es una jornada con tanto perro junto? Le traen a los animales a las 8 de la mañana y los recogen a las 20 horas, excepto los que se quedan a dormir. «Los tengo en mi despachito mientras trabajo, pero ellos pueden salir al patio cuando quieren; juego con ellos y hago vídeos cada cierto tiempo para que sus dueños vean que están bien y cuidados y, claro, los saco a la calle cuatro o cinco veces al día. Como soy muy deportista, no tengo problema: paseamos y hacemos ejercicio al mismo tiempo. En eso de salir de casa soy ‘muy perro', también necesito salir varias veces, si no la casa se me cae encima», finaliza Feity.