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Barcelona volverá a vivir su fin de semana más mallorquín del año. Los foguerons de sa Pobla cumplen 30 años en el barrio de Gràcia, cuyas entidades y habitantes ya la han asimilado como la fiesta más importante de su calendario de invierno. «Intentamos mantener el sabor mallorquín de la celebración para que sea fiel a su origen, pero para las jóvenes generaciones, este es ya un acto de toda la vida», dice Joan Sánchez, gerente de la Fundació Festa Major de Gràcia. «Los foguerons se han convertido en un intercambio entre entidades de aquí y de Mallorca, con dos foguerons principales en las plazas de la Virreina y del Diamant, ball de bot incluido, y otros pequeños, de familiares y amigos, similares a los que se montan en Sa Pobla».

De hecho, lo que nació en 1993 como una réplica del ambiente que vive sa Pobla cada Sant Antoni se ha ido convirtiendo en un extenso programa de actividades, de las que participan entidades históricas del barrio e incluyen diversas manifestaciones de la cultura popular de Mallorca.

Catalina Canyelles ya impartió el martes en el edificio de Can Musons, sede de la fundación, un taller de ximbomba y hoy se realiza en el centro Tradicionàrius una noche de glosa, que combinará la actuación de los glosadors Mateu Xuri, Maribel Servera, Cor de Carxofa y la propia Catalina Canyelles con la degustación de sobrassada, botifarró y camallot.

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Son la avanzadilla de una expedición de 90 personas que se desplazarán de Mallorca a Barcelona para dar forma a la celebración. Desde dimonis a xeremiers, músicos, cocineros y glosadors, pasando por la directora general de Cultura del Govern, Catalina Solivellas, a quien se espera para la jornada central del sábado.

Exposición

Una exposición, inaugurada el día de Sant Antoni, cuelga los carteles de las 30 ediciones celebradas desde 1993, incluyendo la de 2021, cuando la pandemia impidió encender los foguerons en la calle. Precisamente, el cartel de este año, obra del artista alcudienc Vicenç Ochoa, traza un guiño con la fiesta ausente de dos años atrás. Si el cartel de 2021 mostraba una botella cerrada, repleta de cerillas en su interior, el de este año las ha sacado afuera para dar luz verde a la fiesta.

Sara Peralta, del Centre Artesà Tradicionàrius, remarca el fuerte «carácter asociativo» del barrio de Gràcia como una de las claves del éxito. «Es donde el pobler Toni Torrens encontró el entorno favorable para exportar con entusiasmo la fiesta de su pueblo a la ciudad donde estudiaban sus hijos», recuerda. Tanto es así que, 30 años después, Torrens aún sigue siendo «el alma, motor y mecenas» de Sa Pobla a Gràcia. El año pasado, de hecho, se le reconoció con el premio Joan Amades de Cultura Tradicional Popular.

Pero la comunidad mallorquina en Barcelona insiste en dar aún más lustre a los festejos. «En las comisiones de fiestas –apunta Joan Sánchez– ya los hay que piden celebrar también aquí los foguerons con dimonis de Manacor».