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El boxeo une. Un grupo de 16 jóvenes en riesgo de exclusión social, junto a tres menores migrantes que llegaron a Mallorca hace un mes en patera, participan en un proyecto impulsado por la asociación el Grec y la Federación Balear de Boxeo. La idea, cuenta la integradora social Llucia Diéguez, «es inculcar los valores del respeto y del trabajo en equipo usando esta actividad como excusa». El presidente de la Federación Balear de Boxeo, Jorge Sánchez, afirma que es «un orgullo» acoger en el gimnasio del Príncipes Boxing, en Son Oliva, a estos jóvenes.

«Es un plan que nosotros ya hemos realizado en anteriores ocasiones, como en la cárcel de Palma, y sirve para ayudar a muchos chavales a que tengan una disciplina y otro porvenir. Cambias un poco su manera de ver la vida». Llucia, junto con la educadora social Alba Heredia, pensaron en el boxeo porque el gimnasio está en el corazón del barrio. «Vimos un poco las necesidades que había y, básicamente, son la falta de espacios para practicar actividades deportivas», cuenta Alba. Los jóvenes que participan en este proyecto son chicos en riesgo de vulnerabilidad que carecen de un ocio saludable –muchos no estudian– y algunos son consumidores de marihuana y alcohol.

«Su ocio se centra en eso», lamenta Alba. En general tienen falta de habilidades sociales y por eso montamos estas actividades». La mayoría de usuarios los han conocido en la pista de Son Oliva, junto al gimnasio de boxeo, que pertenece al Institut Municipal de l'Esport. «Se cierra por la noche, pero aún así tiene entradas y hay unos bancos que los chicos usan para hacer botellón», afirma. Jorge Sánchez dice que el boxeo tiene mucha más disciplina que cualquier otro deporte. «Es muy psicológico. Lo bueno que tiene es que te acaba enganchando porque el tiempo que boxeas dejas de pensar en otras cosas».