Laura y Antonio durante uno de sus viajes.

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La pandemia de la COVID-19 supuso un antes y un después para la sociedad. El estado de alarma decretado el 14 de marzo de 2020 puso a la población en cuarentena y sin poder socializar. Pero el amor no entiende de cuarentenas ni pandemias, supera fronteras y restricciones. También durante los 99 días en los que salir a la calle era impensable y conocer a alguien nuevo, una osadía. Para Antonio Revilla y Laura Ribot no fue un impedimento. A sus 31 y 30 años de edad, encontraron el amor de la manera que nunca pensaron que llegaría a sus vidas. A pesar de las complicaciones y la distancia, para ellos fue la oportunidad de iniciar una historia de amor que tres años después sigue latente, y con su hijo de nueve meses que les alegra la vida.

Los días se hacían eternos en pleno confinamiento. Horas y horas detrás de una pantalla viendo el tiempo pasar, hablando con una persona a la que no conocía pero con la que tenía un mundo por descubrir. «Empezamos a hablar a través de Instagram. Sin vernos personalmente pero con bastante buen feeling», recuerda Laura. A su vez, Antonio matiza que «teníamos constancia de quiénes éramos por amigos en común». Los días iban pasando y las ganas de verse aumentaban incontrolablemente. «Nos llamábamos a todas horas, hasta entrenábamos juntos. Lo hacíamos todo a través de videollamadas», recuerda Laura entre risas, mirando a Antonio, que insiste en asumir la locura que estaban a punto de cometer semanas después.

Sin pensarlo dos veces decidieron dar un paso lleno de inquietudes e incertidumbre que les marcó el futuro desde ese momento. «Lo intuíamos los dos y aunque fue un poco precipitado y loco, al final ha salido todo bien», comentan ambos. «Antonio quería venir a Mallorca sí o sí, pero no había manera por la que pudiera hacerlo», insiste Laura riendo. A pesar de las complicaciones, Antonio le consiguió una cita médica para que pudiese volar hasta Madrid y poder empezar esta aventura. «Cuando llegué al portal de su casa tenía un miedo tremendo. En plena pandemia, salí del taxi y él se abalanzó sobre mí para abrazarme», rememora. «Yo estaba asustada porque llegaba al foco de la pandemia en Madrid y tenía miedo de infectarme», reconoce. La familia les dio todo el apoyo del mundo al ver la situación. «A pesar de que fue complicado de explicar porque la situación era de extrema gravedad, en todo momento pusieron de su parte para que me fuese sin ninguna preocupación», comenta Laura que, tres años después, está feliz viviendo en Madrid junto con Antonio y el pequeño Mateo.

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A pesar de ese inicio un poco estresante por la situación que envolvía la capital de España por la pandemia, aseguran que la convivencia fue idílica desde el primer día. «Corroboramos lo que de verdad empezábamos a sentir y lo afrontamos como un planazo el poder empezar así la relación sin poder salir de casa». Y es que el destino tenía preparada una sorpresa para ellos dos años y medio después. «Hemos cumplido un sueño. Todo lo que queríamos nos ha llegado a casa y con Mateo somos más felices imposible», insiste Laura.

El amor en 99 días

Sin prisa pero cumpliendo con todo lo prometido en aquellos 99 días de confinamiento, el amor se fue afianzando en el núcleo familiar en el que las historias fueron fortaleciendo ese sentimiento que se forjó entre mascarillas, distancias sociales y las paredes de una casa en el barrio madrileño de Prosperidad. Ahora, con tres años de relación a sus espaldas, Mateo no ha hecho más que afianzar aún más un amor de pandemia que cuenta con un pequeño bebé de 9 meses y que pone de manifiesto la fuerza del amor, incluso en tiempos de confinamiento. «Nació el 21 de junio de 2022 y, cosas del destino, es una fecha muy especial para nosotros por motivos familiares», declaran ambos, que se siguen queriendo igual o más que el primer día aunque pueda haber discusiones como en cualquier relación.

Una amor forjado en un momento complicado, que confirma que de cualquier crisis se puede salir y sacar experiencias positivas. Así lo comentan ambos, que en una época negra para el mundo, ellos encontraron el amor. «Es nuestra mejor decisión».