Guillem Marí, incansable propietario de Es Cruce.

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Cargol treu banya, puja a la muntanya, cargol treu vi, puja al muntanyí, así reza la primera estrofa de una de las canciones populares más relevantes de Sant Marc. Y como es tradición llevarse a la boca un plato de este molusco terrestre en esta señalada fecha para proteger la salud, el restaurante Es Cruce se viste de gala un año más para ofrecer a sus clientes su espectacular plato de caracoles. El lugar de peregrinación de los más fieles se volvió a llenar a lo largo del día para cumplir con la tradición y evadir enfermedades.

Con más de 5.000 kilos preparados, el propietario del restaurante, Guillem Garí, como siempre al pie del cañón, trabajaba incansable para satisfacer las necesidades de los miles de clientes que pasaron por sus instalaciones. «Sacamos alrededor de 12.000 raciones para los comensales. El día de Sant Marc es un día especial para todos», comenta mientras remueve un caldero lleno de caracoles, y explicó el secreto de una receta que lleva muchos años triunfando entre los mallorquines. «Lo hacemos con mucha ilusión y ganas», menciona.

Es Cruce despacha 5.000 kilos de caracoles por Sant Marc
Un grupo de amigas disfruta de sus caracoles con alioli.

Guillem Garí no falla ni un día a su cita con el trabajo y el día de Sant Marc reconoce que es especial para todo el mundo, más aún este martes si cabe, porque siendo el martes el día de descanso semanal, Es Cruce abrió sus puertas y se llenó hasta la bandera. «Trabajamos todos porque es una de las fechas más señaladas y por eso están aquí más de cincuenta empleados», explica. Con la cocina a su máximo rendimiento y platos de caracoles saliendo uno tras otro, Guillem Garí comentó el proceso para crear uno de los platos más simbólicos de la comida mallorquina. «La clave real está en lo que acompaña al caracol, que le dé un sabor especial. Hierbas, carne magra, costillas, longaniza. Todo junto. Cuanta más variedad mejor», reconoce.

Así, los comensales que se acercaron hasta Es Cruce disfrutaron de sus raciones como cada 25 de abril. Como las tradiciones mandan, miles de personas pudieron degustar el plato estrella de Sant Marc junto con más de 700 kilos de alioli. «Cada año venimos aquí a comer. Es tradición», afirma uno de los clientes presentes. Este año ha habido más pedidos para llevar que nunca. «Siempre solemos venir, pero aprovecharemos el buen tiempo y nos lo llevamos para comer en nuestra terraza», señala una pareja. Como bien dice el dicho, «Qui menja caragols per Sant Marc, gaudeix de bona salut de franc!», y los mallorquines confían en ello.