Joana María Isern, copropietaria del Forn de la Concepció, ha adquirido el juguete y lo ha instalado sobre el mostrador. | Julián Aguirre
Quienes tengan algo más de treinta años de edad posiblemente recordarán el mono trapecista que lucía en el escaparate de la desaparecida juguetería Babelín, en el carrer Oms, de Palma. Una icónica pieza que, entre todos los juguetes, era la única que no estaba a la venta y era todo un reclamo de quienes pasaban por delante. El mono era observado, generación tras generación, por niños que quedaban extasiados mientras daba vueltas en su trapecio. Tras el cierre de la juguetería, el local pasó a ser un centro de tatuaje y el juguete se mantuvo en el mismo lugar, pero un día tanto el negocio como el mono desaparecieron.
2 comentarios
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Qué buenos recuerdos
Cuando era pequeño, y pasaba por ahí , siempre lo miraba asombrado, sin duda un buen recuerdo