El primer disco de Toc de Crida se publica hoy y se presentará en directo el día 16 en la Escola de Música i Danses de Mallorca. | Jaume Darder

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Con solo 4 años, Pau Mas (Palma, 1990) ya frecuentaba las colles de xeremiers. Gracias a tu tío Tomàs Salom, integrante de Xeremiers des Pla, su infancia transcurrió al son de las xeremies, el tamborí y sobre todo el flabiol, que pronto se convirtió en su instrumento principal, aunque no en el único. Aprendió de la mano de maestros como Josep Rotger, Pep Toni Rubio (Xeremiers de Sa Calatrava), su propio tío o Miquel Tugores (Xeremiers des Pla), y desde bien pequeño fue asiduo de la Escola de Música i Danses de Mallorca, venerable centro que conserva y transmite el legado de la cultura popular mallorquina.

A partir de los 14 años, empezó a montar sus propios proyectos, como la banda folk-rock tradicional Taverners, galardonada con los premios Pau Casesnoves de la Obra Cultural de Inca y Bartomeu Rosselló Porcel de la Obra Cultural Balear, o Eixut, un grupo de rock que incorporaba instrumentos tradicionales como el grall y el flabiol. También colaboró con la legendaria agrupación de xeremiers La Ximbomba Atòmica, así como con otras bandas y cantautores, como Tomeu Quetgles o Posidònia Folk. «Siempre he tenido claro que la música era el motor de mi vida, y desde pequeño he estado rodeado de músicos», recuerda. Además de mamar el folklore mallorquín, se formó en flauta travesera en el Conservatori de Palma y en batería en Factoria de So, donde se tituló en el programa del Aula de Música Moderna y Jazz del Conservatori Liceu.

«Uno de mis empeños es mantener vivos los instrumentos tradicionales y adaptarlos al tiempo actual. Entiendo el flabiol como un instrumento, no solo como un elemento de la cultura popular, y romper la idea de que solo sirve para el folklore. Me interesa hacer evolucionar el instrumento, darle un sentido total y llevarlo a otros terrenos, más allá de las ballades o fiestas populares, sacarle nuevas melodías y acompañarlo de instrumentos modernos, como la batería o el bajo eléctrico. Siempre habrá puristas, pero quien no investiga el instrumento hasta sus límites, nunca llega a entenderlo», defiende.

La banda nació hace dos años con Benjamí Salom, Miquel Amengual, Joan Vázquez, Pau Mas, Sara Mingolla y Pablo Alegría.

Fusión de sonidos

Con esta idea en mente, fundó hace ahora dos años su nuevo proyecto, Toc de Crida, arropado por Sara Mingolla (acordeón y percusión), Benjamí Salom (violín y guitarró), Miquel Amengual (batería y percusión), Pablo Alegría (guitarras) y Joan Vázquez (bajo). «A través de este proyecto, aspiramos a interpretar y reinterpretar aquellos sonidos que nos han hecho llegar las generaciones precedentes, con el objetivo de conservar, divulgar y modernizar los instrumentos de la tradicional colla de xeremiers mallorquina», abunda. «También abrazamos la modernización como elemento clave de nuestro compromiso con estos instrumentos, buscando nuevas maneras de fusionar los sonidos tradicionales con otros ritmos y armonías. Entendemos la música tradicional como un verdadero puente entre culturas hermanas, y es por ello que también incorporamos sonidos del norte de África, el País Valencià, Catalunya, Euskadi, Italia, Brasil, el Mediterráneo Oriental o el norte de Europa. Exploramos desde las raíces de Mallorca hasta sonidos de culturas lejanas para capturar la esencia de la tradición y la modernidad. Así, las xeremies y el flabiol se entrelazan con otros instrumentos, creando melodías que buscan expresar historias y vivencias personales», aclara el líder de Toc de Crida.

«Para bien o para mal, la música tradicional se ha ido transmitiendo por vía oral. Hoy en día, podemos conseguir xeremies y aprender a tocarlas con facilidad, pero hace 50 años este tipo de música no estaba al alcance de todo el mundo: había pocos instrumentos, los músicos eran muy mayores y los tenían muy celosos», apunta Mas, quien se enorgullece de haber podido «entender la tradición desde dentro, participando en rituales ancestrales como el de los cossiers de Montuïri o los cavallets de Palma». Con el lanzamiento del primer disco de Toc de Crida, Pau Mas busca mantener viva la llama de nuestro folclore, adaptado a los nuevos tiempos.

El apunte

Debut discográfico

El primer disco Toc de Crida, grabado en los estudios Swing por Toni Pastor y Pere Estelrich, se publica hoy y se presentará en directo el día 16 en la Escola de Música i Danses de Mallorca, con un concierto exclusivo para los mecenas de la campaña de micromecenazgo lanzada por la banda a través de la plataforma Tot Suma. La portada del disco es obra de Tònia Bauçà, quien firma ilustraciones de marcado carácter surrealista para cada una de sus ocho canciones. El primer single del disco, ‘Pebre coent, pebre calent’, fue compuesto por Pau Mas tras una indigestión provocada por estas típicas guindillas mallorquinas.