Toyoyo mide 20 centímetros de alto, tiene una boca desproporcionada en comparación a su enjuto cuerpo, unos ojos saltones negros y opacos y unas enormes orejas de soplillo. Esta es la última creación de los artistas mallorquines Carles GOD (Palma, 1988) y Albert Comas (Palma, 1983), con la que han unido fuerzas para convertir por primera vez a estos seres en escultura y protagonizar dos exposiciones, una en Palma y otra en Barcelona. Radicado en Nueva York desde hace años, Cales Garcia O’Dowd, su verdadero nombre, crea desde su estudio de Brooklin, murales de grandes dimensiones repletos de pequeños personajes llamados yoyos.
Gracias a ellos, uno de los artistas plásticos de Mallorca más potentes en cuanto a trayectoria y reconocimiento internacional critica la gentrificación, el individualismo y el egoísmo del ser humano. En sus obras, el artista plástico ‘obliga’ a los yoyos a destrozar los diferentes entornos donde los coloca encarnando de manera satírica, caricaturesca y brutal la peor parte del ser humano. Por su parte, Albert Comas, actor, escultor y copropietario de la cafetería Riutort de Palma ha sido el encargado de hacer realidad los dibujos de la macabra y simpática imaginación de García O’Dowd.
El creador explica que «hace un año y medio, Carles vino a mi taller porque es amigo de unos colegas con los que comparto espacio y vio una escultura de estilo toy que había hecho. De allí nacieron las sinergias que han terminado en este proyecto. Me dijo que le gustaría crear un personaje como una escultura 3D por primera vez. La idea me encantó y meses más tarde de tener el concepto creé un prototipo, le gustó y decidimos fabricar diez esculturas iguales. La verdad es que estamos encantados con el ‘bichito’».
Homenaje ‘hardcore’
Sobre este ‘bichito’, García O’Dowd explica desde Nueva York que «la obra está bastante inspirada en el 'I love New York' de Milton Glaser'. De hecho estudié en la escuela que fundó y acudí a una charla que dio poco antes que morir. Cuando creé el Toyoyo quería, por un lado, homenajear a Glaser y por otro, jugar con las figuras del hombre-anuncio y también con la de las personas que dan abrazos gratis, que son dos figuras típicas de la cultura norteamericana».
El artista mallorquín resume el espíritu del Toyoyo al afirmar que «es una crítica a como la economía de mercado potencia el individualismo en detrimento del clima, nuestros derechos y nuestra calidad de vida. Además, Toyoyo pide a la gente que le den los ‘likes’ en redes sociales, de allí el corazón también. Hoy en día parece que es casi más importante tener relevancia en redes que dinero».
El Toyoyo es el absoluto protagonista de una exposición en la que junto al mural gigante Shagaluf, una crítica al turismo de excesos de Magaluf, de GOD y varias de sus láminas recalarán en la galería Aguasanta de Palma en el marco de la Nit de l’Art y mañana hará lo propio en la Señora Gallery de Barcelona.
No conozco en profundidad la situación de estos jóvenes, pero me gustaría compartir una reflexión. Si sus estudios en Estados Unidos han sido financiados con el dinero que sus padres han ganado gracias al turismo, considero que hay una cierta hipocresía en su postura. Es curioso observar cómo muchos critican el turismo masivo en Mallorca, olvidando que gran parte de lo que tienen y de sus oportunidades se deriva precisamente de esa actividad económica.
Es importante recordar que, si no fuera por el turismo, muchos de ellos no habrían podido estudiar fuera de la isla, ni habrían recibido de regalo un coche al cumplir 18 años, ni tendrían los recursos para salir con amigos. A veces, conviene reflexionar sobre nuestras raíces y reconocer de dónde provienen las oportunidades que disfrutamos.
La esencia de nuestra cultura y economía está profundamente ligada al turismo, y es fundamental encontrar un equilibrio entre la crítica constructiva y el agradecimiento por lo que hemos recibido.
13 comentarios
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Hem de desturistificar, ho sabem tots. Estudiar ha de valer la pena
Otros que viven del turismo, ¿ves? Aunque sea de su odio al turismo.
No conozco en profundidad la situación de estos jóvenes, pero me gustaría compartir una reflexión. Si sus estudios en Estados Unidos han sido financiados con el dinero que sus padres han ganado gracias al turismo, considero que hay una cierta hipocresía en su postura. Es curioso observar cómo muchos critican el turismo masivo en Mallorca, olvidando que gran parte de lo que tienen y de sus oportunidades se deriva precisamente de esa actividad económica. Es importante recordar que, si no fuera por el turismo, muchos de ellos no habrían podido estudiar fuera de la isla, ni habrían recibido de regalo un coche al cumplir 18 años, ni tendrían los recursos para salir con amigos. A veces, conviene reflexionar sobre nuestras raíces y reconocer de dónde provienen las oportunidades que disfrutamos. La esencia de nuestra cultura y economía está profundamente ligada al turismo, y es fundamental encontrar un equilibrio entre la crítica constructiva y el agradecimiento por lo que hemos recibido.
Algunos se estrujan la cabeza intentando vivir sin trabajar...vaya tontería de muñeco!
Nuevo souvenir en las tiendas para guiris.
El muñeco este salvará la economía balear y nos salvará del turismo. Menos mal. No sé cómo no se nos ha ocurrido antes!!
En su cabeza era espectacular
Bonitos funkos, no es listo ni na el toyoyo...
Interesante artículo, muy bien escrito y que ayuda a reflexionar. Gracias
La empanada mental ataca de nuevo.