Mut nos comentó que el agua a baja temperatura es buena para la salud, tanto física como mental y añadió que, en países escandinavos, esta costumbre es poco menos que el pan nuestro de cada día. Matías que era gerente de una empresa de informática pero tras probar los efectos de este tratamiento decidió dejar su anterior ocupación y dedicarse plenamente a esta disciplina.
«Andaba buscando una alternativa natural a las terapias oficiales, que incidiera en mi mente a través de algo exterior. Un amigo y socio falleció lo cual me produjo una depresión muy fuerte para la que no encontraba un remedio. Alguien me habló del frío, probé y me ayudó muchísimo. Y es que unos de sus beneficios es a nivel mental, ya que produce reacciones químicas en el cuerpo que afectan al bienestar, lo cual se traduce en mentes más abiertas y también en que te sientes más feliz. Todo, ya digo, por el frío. Y lo digo también porque lo he experimentado», explica el empresario.
El impulsor de esta disciplina añade que «a raíz de ahí, aparqué la informática y me dediqué completamente a la cultura del frio alternando con el calor, es decir, con la sauna. Para tener la máxima información posible viajé a Islandia. Allí en casi todas las casas hay una sauna donde meterse tras haberse sumergido en agua baja temperatura».
Desde ese momento Matías se ha dedicado plenamente a este nuevo proyecto vendiendo bañeras de madera con una capacidad de 350 litros de agua que ocupan poco espacio. También ofrece servicios como la instalación de saunas, además de hacer cursillos de iniciación a todas aquellas personas interesadas por en esta cultura.
Sobre el ‘modus operandi’ de este tratamiento el procedimiento más habitual consiste en echar unos 40 kilos de hielo con la intención de dejar el agua a siete u ocho grados, y hacer sesiones de tres o cuatro minutos sumergidos en ellas. Matías repite este procedimiento entre dos o tres veces a la semana.
Campeonato del mundo
«Hay también unos pequeños aparatos, llamados chiller que te limpia el agua, la filtra, la desinfecta y te la devuelve fría, con lo cual evitas tener que comprar el hielo. También, dentro del Club del Frío, hacemos cursos de frio y calor, es decir, primero sumergidos en agua a baja temperatura durante tres o cuatro minutos, y a continuación, sauna, durante 12 o 15 minutos. Ya digo, tratamos de traer la cultura escandinava a Mallorca, y de momento vemos que se van apuntado muchas personas, sobre todo por el buen efecto que produce, tanto física como mentalmente», explica el especialista.
En estos días, Matías se está preparando para participar en el Campeonato del Mundo de baños de hielo, que se celebra el próximo 1 de febrero en Polonia. Y por lo que vemos, se prepara a base de inmersiones en agua a baja temperatura en una pequeña bañera. Allí hay un cronómetro, «para ir controlando el tiempo que puedo resistir. Evidentemente, cuanto más, mejor. Ya digo, es una prueba de resistencia, muy dura, pues el campeón último, un inglés, aguantó seis horas un minuto metido en agua a ocho grados».
Los efectos
Volviendo a la importancia de sumergirse en aguas frías, seguido de los efectos de la sauna, «hace que el cuerpo no se acomode al no sufrir ni frío ni calor, lo cual nos hace débiles, ya que nuestro sistema inmune, al no tener excitaciones a causa de cambios radicales de temperatura, también está débil. Por eso no queda más remedio que volver a la Naturaleza, al frío y al calor, o lo que es lo mismo, aplicarnos la cultura escandinava al respecto».
Por último, nos adelanta, que los próximos días 1 y 2 de marzo, Marcos Vázquez, de Gijón, y Borja Bander, de Málaga, divulgadores del fitness y de la salud, darán dos talleres en Palma sobre la importancia que tiene el frío y el calor en la 'Longevidadhumana'.
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