El acceso a Internet de alta velocidad es nulo o prácticamente inexistente en varios lugares del mundo, sobre todo en las zonas rurales. Según Statista, cerca del 40% de la población terrestre no cuenta con esta ventaja digital. Por ello, se está trabajando en una infraestructura que garantice una conexión de calidad internacional.
Algunas empresas como SpaceX, Amazon, Facebook y Google, entre otras, están desarrollando y lanzando satélites a la órbita terrestre para brindar de Internet de manera económica y eficaz. Mediante estas medidas se pretende conectar incluso a las zonas más alejadas de las principales centrales de Internet.
La compañía DE-CIX es uno de los operadores mundiales que se encargan de ofrecer puntos de intercambio de Internet. Recientemente, la empresa ha explicado cómo funcionan los satélites LEO y su papel en la democratización del acceso a Internet.
Las siglas LEO significan ‘Low Orbit Earth', es decir, «órbita terrestre baja», lo que quiere decir que los satélites LEO orbitan cerca de la superficie terrestre. DE-CIX describe estos satélites como aquellos que «desempeñan un papel similar al de las torres de telefonía móvil y se comunican con una estación terrestre en la Tierra».
Gracias a su proximidad con la Tierra, DE-CIX destaca que «los datos no tienen que viajar tan lejos», por lo que tardan menos tiempo en llegar a su destino y agiliza la conexión de los usuarios en la Tierra.
Con respecto a su precio, los satélites LEO se caracterizan por ser baratos. Esto se debe a que su construcción es menos costosa que los despliegues de fibra terrestre en zonas periféricas o que otro tipo de satélites.
No obstante, hay que tener en cuenta que los satélites LEO orbitan la Tierra velozmente. Esto obliga a las empresas a asegurarse de que haya suficientes satélites con el fin de garantizar una conexión a Internet ininterrumpida.
Uno de los grandes desafíos de los proveedores de Internet por satélite es ofrecer una conexión estable, según DE-CIX. Para conseguirlo, existen los puntos de intercambio de Internet que reducen la latencia, puesto que el largo recorrido del satélite a la Tierra provoca que la latencia suela ser alta.
A través de esos nodos, DE-CIX afirma que las compañías que ofrecen Internet por satélite pueden conectarse con «las grandes redes de distribución de contenidos, proveedores de servicios cloud y redes empresariales». Esto supone que los usuarios disfruten de un Internet con alta velocidad y con poca latencia.
En plena era digital, los habitantes de pueblos no cuentan con las ventajas suficientes como para modernizarse en algunas ocasiones. A causa de ello, existen centros educativos con sin acceso a Internet o con un acceso muy limitado y con fallos.
Según DE-CIX, las zonas rurales cuentan con enlaces por satélite geoestacionarios «en el mejor de los casos». Esto supone que las velocidades de Internet sean lentas y tengan una latencia de hasta 400 milisegundos cuando la latencia máxima para una buena experiencia es de 65 milisegundos o menos.
Pese a ello, los satélites LEO pretenden combatir esta desventaja del mundo rural. «La infraestructura de Internet está creciendo con diferentes soluciones para garantizar un acceso a Internet de calidad a los usuarios y empresas en cada rincón del mundo –apunta Ivo Ivanov, CEO de DE-CIX Internacional-. Los satélites LEO son una de esas innovaciones que, combinado con un buen ecosistema de interconexión, pueden revolucionar el futuro».
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