En este contexto el cofundador de Twitter Jack Dorsey ha afirmado que la plataforma debería ser un «bien público», pero se mostró satisfecho por su venta a Elon Musk, a quien consideró la «solución» de sus problemas independientemente que algunos consideren la transacción como un capricho del magnate. Eso sí un capricho carísimo.
Dorsey, que fue consejero delegado de Twitter hasta finales del año pasado y ahora está centrado en su otra compañía tecnológica, Block, dibujó un curioso y romántico perfil de Twitter. En concreto dijo de Twitter que es «lo más parecido que tenemos a una conciencia global» y aseguró confiar en la «misión» de Musk para «ampliar la luz de la conciencia» y en su meta de crear una plataforma «de máxima confianza y ampliamente inclusiva». En ese sentido, agregó que esos objetivos los comparte su sucesor en el puesto ejecutivo de Twitter, Parag Agrawal, por lo que agradeció de antemano a ambos que «saquen a la empresa de una situación imposible» y apuntó que ahora está en el «camino correcto».
El cofundador de Twitter, un programador informático y empresario atípico conocido por su estilo de vida bohemio y su defensa de las criptomonedas, algo en lo que coincide con Elon Musk, agregó que lo que más le importa y protegerá a toda costa es la «idea y el servicio» de la red social. «Twitter como empresa siempre ha sido mi única preocupación y mi mayor arrepentimiento. Ha sido poseída por Wall Street y el modelo de publicidad. Recuperarlo de Wall Street es el primer paso correcto», reveló.
En este sentido se considera que la nueva era de Twitter con Musk al mando deberá restarle poder a la publicidad para enfocarse de forma más decidida en las suscripciones y a un modelo de pago como fórmula para afianzar la fidelidad de los usuarios por encima de las marcas, abriendo así las puertas a una suerte de Twitter premium o de pago. una operación no exenta de riesgos y que a muchos analistas no convence en exceso, siendo esta red social no especialmente privilegiada en conversión monetaria de su negocio.
El nuevo Twitter de Elon Musk debe afrontar aun otro escollo de relieve más, al cual ha remitido el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, en el sentido de que su compra deberá cumplir plenamente con las nuevas normas de la Unión Europea para las grandes plataformas digitales, «sin importar» quien forme su accionariado.
«Sean coches o redes sociales, cualquier compañía que opere en Europa debe cumplir con nuestras reglas, sin importar su accionariado», ha escrito Breton en un breve mensaje difundido precisamente a través de la red de 'microblogging'. «El señor Musk lo sabe muy bien», ha continuado Breton, quien ha considerado que como el multimillonario consejero delegado de Tesla está ya «familiarizado» con las reglas de la Unión Europea para la industria del automóvil y «se adaptará rápidamente» a la nueva Ley de Servicios Digitales. Cuando se hagan públicos los primeros balances podremos evaluar la incidencia del nuevo y pintoresco liderazgo en Twitter.
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