Cuando se comparten vídeos en redes sociales, como es el caso de Instagram o Facebook, estos requieren una cantidad dedicada de recursos por parte de la compañía. Por ejemplo, demandan un consumo de unidad central de procesamiento (CPU) para gestionar la codificación del vídeo y una cantidad concreta de almacenamiento, que puede ser grande ya que se trata de un tipo de archivo más pesado que una imagen.
Teniendo esto en cuenta, en algunas ocasiones, Instagram muestra los vídeos publicados en la plataforma con menos calidad o, incluso, borrosos, cuando ha pasado un periodo de tiempo después de haberlos compartido. Sin embargo, otros vídeos mantienen su reproducción de forma nítida en todo momento.
En este sentido, el responsable de Instagram, Adam Mosseri, ha confirmado que este cambio en la calidad de reproducción se debe a la cantidad de visitas que reciben dichos vídeos, y en la necesidad de gestionar y aprovechar los recursos de codificación y almacenamiento para este tipo de archivos, como ha explicado en un vídeo publicado en Instagram y recogido por otros usuarios.
Es decir, Instagram reduce la calidad de reproducción de los vídeos si, un tiempo después de su publicación, estos dejan de generar una afluencia significativa de visitas. Sin embargo, la calidad de los vídeos se mantiene nítida para aquellos publicados por creadores de contenido que son capaces de generar más visualizaciones.
Esto se debe a que la mayoría de las visitas se generan cuando se publica el vídeo y, una vez pasa el tiempo, la cantidad de visualizaciones disminuye, por lo que la red social entiende que no es necesario invertir tantos recursos en mantener la calidad de dicho vídeo.
Igualmente, en caso de que se vuelvan a registrar muchas visitas para dicha publicación, Instagram vuelve a mejorar la calidad de reproducción del vídeo para que los usuarios puedan verlo de forma correcta. Esto se aplica tanto a publicaciones de 'reels' como a vídeos o Historias.
No obstante, según ha señalado Mosseri en una publicación en Threads, el cambio de calidad «no es enorme» y, además, ha matizado que la clave para que la gente interactúe o no con los vídeos "se basa mucho más en el contenido del vídeo que en la calidad«. »La calidad parece ser mucho más importante para el creador original, que es más probable que borre el vídeo si se ve pobre, que para sus espectadores", ha apostillado.
Por tanto, esta gestión de la calidad de los vídeos se basa en una forma de gestionar los recursos de la compañía a la hora de procesar los vídeos. Tal y como detalló Meta en un comunicado el pasado año, solo en Facebook hay más de 4 mil millones de visitas de vídeos al día.
Ante esta cantidad de visualizaciones y de vídeos publicados en sus distintas plataformas, la compañía definió como «crucial» mejorar la eficiencia de compresión de sus codificaciones de vídeo, de cara a ofrecer «la mejor experiencia de vídeo de calidad, reducir el uso de datos y ahorrar energía».
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