La constitución de las corporaciones municipales de Balears ha materializado, en buena medida, la voluntad de los ciudadanos expresada en las elecciones del pasado 28 de mayo. El cambio en las alcaldías ha afectado a casi la mitad de los ayuntamientos, la mayoría en favor de las opciones de la derecha ideológica, PP y Vox. Se inicia, por tanto, una nueva etapa en el poder municipal, que incluye aspectos inusuales, como el de Cort en la que Jaime Martínez logró la investidura gracias a la abstención de los concejales de Vox y se dispone, por tanto, a gobernar en minoría. Lo escenificado ayer en los plenos municipales se interpreta como el prólogo de las casi inmediatas elecciones generales que ponen en juego el Gobierno de la nación.
Una gestión eficaz.
Sin menoscabar el peso político de los ayuntamientos, resulta evidente que el impacto más directo del cambio tendrá que ver con la gestión en los principales proyectos y servicios municipales para la legislatura. La proximidad con los ciudadanos obliga a los responsables municipales a mantener un contacto permanente con la realidad de sus vecinos, razón de más para reclamar eficacia desde el primer momento. La fractura de este vínculo tiene un elevado coste electoral, como evidenciaron los resultados de las pasadas elecciones. Es un principio que deben tener muy presente todos aquellos equipos que a partir de ayer se estrenan en el cargo.
El estreno de Vox.
El importante avance de Vox en los comicios del 28-M le ha permitido entrar en varios gobiernos municipales para poder formalizar el cambio. Fue uno de los aspectos más novedosos de la jornada de ayer y que supone un examen sobre el papel que el partido de Abascal hará en las instituciones a partir de ahora. Muchos argumentos políticos de cara a las elecciones generales se sustentarán en las primeras decisiones de los nuevos ayuntamientos.
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No sé si vox tendrà suficients toreros per colocar