Palma23/06/23 0:29
La imagen inédita de un exjuez como Manuel Penalva sentado este jueves en el banquillo de los acusados en Palma y declarando por primera vez como imputado por una serie de delitos muy graves -en la instrucción del ‘caso Cursach'- debería ser motivo de una profunda reflexión a todos los niveles. Esa fotografía ignominiosa no tendría que volverse a repetir en la historia de Balears porque significa que el sistema ha fallado y que durante mucho tiempo las cosas se han hecho de una forma, como mínimo, irregular. La Justicia no puede sufrir un descrédito tan profundo, a pesar de que ahora en algunos sectores se argumente que el hecho de que un juez sea juzgado dignifica al colectivo porque implica que no hay intocables.
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