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Pese a las expectativas que se habían generado, el coche eléctrico no arranca en Baleares. De hecho, en este año que ahora acaba, la venta de este tipo de vehículos, más ecológicos y sostenibles, cae casi un 20 por ciento, lo que supone el descenso más acusado a nivel nacional, solo superado por Aragón. En cambio, las estadísticas revelan que el modelo híbrido sí funciona: las ventas han subido un 32 por ciento y triplican a los eléctricos. Llegados a este punto, pues, es necesario hacer una reflexión para concretar los motivos del fracaso de los coches eléctricos. Uno de ellos, quizás el más importante, es que a pesar de las ayudas del Gobierno, la mayoría de modelos que salen a la venta son, todavía, muy caros y con la crisis económica y los precios desorbitados, las familias no quieren endeudarse más y optan por un coche de segunda mano, más asequible. Otro punto, igualmente determinante, es que los clientes perciben que la red de carga en Baleares, con puntos ubicados en distintos lugares, no es suficiente y puede suponer un problema de movilidad. En realidad, no debería serlo, ya que los trayectos en las Islas son limitados.

Nuevas ofertas en 2025

Así las cosas, solo cabe esperar que en este 2025 el sector lance ofertas tentadoras que atraigan a más compradores. Es la única manera de contener una caída que parece imparable y que supondría un duro revés a las perspectivas de reconversión eléctrica que ha marcado la Unión Europea para los próximos años.

Parque móvil anticuado

En Baleares, la flota automovilística actual tiene una edad media de 14 años, por lo que está claro que está envejeciendo en relación a otros años. El diésel también vive sus horas más bajas, con un pronunciado hundimiento del 34 por ciento en ventas. Ese vacío debería ocuparlo el coche eléctrico, pero las dudas sobre su horizonte comercial son aún muchas.